La alegría de unos es a veces el estupor de otros. Mariano Bellver, el coleccionista que va a donar a la ciudad de Sevilla su valiosa colección de pintura del siglo XIX y otros fondos atesorados en su vivienda palaciega de la Plaza del Museo, se siente defraudado por el horizonte cronológico que plantea la ampliación del Bellas Artes. "A mis 84 años, y llevo ya varios esperando, me parece mucho tiempo que Monsalves no esté ampliado hasta después de 2015. Y mi mujer ya me ha dicho que, si no llego a ver la colección expuesta en el Bellas Artes, tras mi muerte no saldrá un solo cuadro de la casa. Porque esto es también un sueño personal".

Con todo, el revés más inmediato para este bilbaíno afincado en Sevilla, donde recientemente recogió la Medalla de Bellas Artes de la Academia de Santa Isabel de Hungría, es que la exposición que iba a mostrar el próximo otoño sus tesoros pictóricos en el Museo de Bellas Artes ha sufrido un aplazamiento que ha quebrado su confianza en los acuerdos "de palabra" alcanzados con las autoridades que gestionan el Bellas Artes.

"La Junta de Andalucía me acaba de anunciar que no hay dinero para montar la exposición Colección Bellver este año y que, por ello, abrirá sus puertas en febrero de 2011 e lugar de en octubre de 2010. Sinceramente, si en el primer trimestre del año próximo no se ha montado esta exposición, que no cuenten más conmigo. Sigo teniendo muchas ofertas para depositar en otras ciudades mi valiosa colección", declara Bellver a Diario de Sevilla.

Al preguntarle si ha firmado ya el convenio para la donación de su colección a Sevilla, o suscrito cualquier documento jurídico que establezca los términos de la cesión, Mariano Bellver contesta que "no". "Sólo hay una palabra entre jefes. Y para mí eso era suficiente. Se pactó así con el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, con los responsables de la Consejería de Cultura... Pero no hay un convenido firmado y espero que no tengamos que arrepentirnos de ello".

La exposición de otoño de la Colección Bellver iba a ser la carta de presentación pública de los fondos atesorados por este coleccionista amante de la pintura costumbrista; así como el anticipo de lo que ganaría la ciudad con el regalo que él y su esposa, Dolores Mejías, hacen a la misma y a su pinacoteca, que vería así engrosar considerablemente sus fondos de pintura decimonónica. Por ello, Bellver estaba cuidando hasta el último detalle de la misma, incluida la realización del catálogo, que cuenta con la firma acreditada del catedrático de Historia del Arte Enrique Valdivieso, cuyas monografías inspiraron al coleccionista su deseo de recuperar tesoros pictóricos sevillanos dispersos por el mundo.

"El catálogo lo voy a pagar yo. No es necesario que la Consejería de Cultura busque dinero para eso. Estoy colaborando al máximo", declara un estupefacto Mariano Bellver, que vuelve a ver cómo la gran ilusión de su vida, su colección, sufre otra prórroga en las oficinas de la burocracia.