Cultura

Sencillez, imaginación y grandes profesionales

TNT / CICUS. Autor: José Luis Ordóñez. Dirección y espacio escénico: Sario Téllez. Intérpretes: Mónica Mayén y David Montero. Vestuario: Carmen Giles. Iluminación: Alejandro Conesa. Lugar: Teatro TNT. Fecha: Jueves 18 de noviembre. Aforo: Casi lleno.

El verdadero valor de un texto teatral sólo se ve en el escenario. Por ello, la mejor recompensa para un autor como el sevillano José Luis Ordóñez, ganador el año pasado del XV Premio Literario de la Universidad de Sevilla, ha sido que su pieza teatral 237, ahora presentada como Perversidad en la 237, en homenaje, se supone, a la obra maestra de Fritz Lang, haya sido llevada a escena y estrenada el pasado octubre, en el III Mitin que organiza el TNT del Distrito Norte.

El guante ofrecido por el Cicus lo recogió directamente TNT, que confió su dirección a una de las actrices de Atalaya, Sario Téllez y la interpretación a dos magníficos actores como son David Montero -de larga experiencia como actor y como director- y la joven Mónica Mayén. La versatilidad y la frescura de este trío, unidas al trabajo fundamentalmente físico y orgánico que constituye la marca de la casa, han logrado un espectáculo que, con una sencillez formal apabullante, logra reflejar la multitud de vertientes, de misterios y de sorpresas que encierra esa habitación 237 -la de El resplandor, no lo olvidemos- creada por Ordóñez.

Al principio, la historia parece contar los avatares de una pareja más o menos convencional, pero, de pronto, una vuelta de tuerca nos deja sin certezas y, más tarde, otra y otra más hacen que tengamos que acomodarnos en esa fisura que se abre por doquier entre lo real y lo imaginario. Y todo ello, con guiños al cine negro -Ordónez es también autor de cortos- a los musicales, al teatro del absurdo e incluso a Pirandello. Tal vez demasiadas cosas revueltas, pero es normal en un autor que, con gran experiencia en la narrativa, sólo recientemente se ha acercado al teatro.

Lo cierto es que la dirección de Téllez, magnífica, y el fantástico trabajo actoral de David Montero y Mónica Mayén han logrado, con pocos medios, un espectáculo delicioso, cien por cien teatral.

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