Mauro, el payaso soñador, imagina su propio funeral que se celebra en un ambiente de carnaval. En este desfile festivo caminarán frente a él actores, acróbatas, clowns, marionetas, malabaristas y danzarines que sumergirán al espectador en un mundo teatral de diversión y comedia ubicado en un mágico espacio entre el cielo y la tierra. Es el universo que se expande en Corteo (cortejo en italiano), el nuevo espectáculo del Circo del Sol que, tras el entusiasmo con el que el público sevillano ha respondido a los anteriores montajes (Saltimbanco, Dralion y Varekai) regresa a la capital andaluza, a partir del 8 de septiembre y hasta el 23 de octubre de 2011.

El Teatro de la Abadía de Madrid fue el espacio escogido por la compañía canadiense para dar a conocer ayer los detalles de la gira española de Corteo, que arrancará en la capital española el 2 de abril del año próximo -tras sus actuaciones en Bruselas y Viena- y pasará por Valencia y Alicante para recalar por último en la capital andaluza. Como es habitual, el Grand Chapiteau -la enorme carpa que alberga el escenario de la obra- se instalará en el Charco de la Pava, un entorno en el que convivirán las más de 150 personas que componen el equipo técnico y artístico de este espectáculo estrenado en 2005 en Montreal y que ya han disfrutado cinco millones de espectadores de cuatro países diferentes.

Pero Corteo no es un montaje del Circo del Sol al uso (si es que esta expresión puede definir alguna vez los trabajos de esta multinacional del espectáculo). La primera novedad es que el escenario es giratorio y está dividido en dos partes, de manera que la mitad del público se sitúa frente a la otra mitad, con lo que verá el espectáculo y la reacción de la otra parte de las gradas frente a los diferentes números del show. Como guiño al teatro, donde desarrolla su vida el bufón, el escenario se enmarca entre dos gigantescas cortinas (de 18 metros de ancho por 12 de alto) con cuatro cortinas más con apertura lateral, y pintadas a mano con alegorías del mundo escénico, por donde entrarán y saldrán los protagonistas de esta fiesta.

Para el suizo Daniel Finzi Pasca, creador y director de este espectáculo, Corteo está inspirado en la figura de un clown de un pasado lejano, en una época en la que estos intérpretes eran personajes mucho más complejos que los estereotipos que conocemos ahora. El ambiente del montaje está inspirado en muchas fuentes arquitectónicas, en especial la francesa catedral de Chartres y su laberinto que para Finzi simboliza el camino de la vida -"El laberinto es un gran viaje: para encontrarse hay que perderse", dice-.

El argumento que se traza en este montaje se enriquecerá con los siempre sensacionales números de acrobacia. A los clásicos -malabares, cuerda floja, los saltos de altura, las correas o las sedas aéreas- se suman originales pasajes como el número de las camas mullidas o la escalera acrobática. En este espectáculo se rinde homenaje también a los enanos que tradicionalmente han trabajado en circos con números tan poéticos como el dueto adagio o la versión diminuta de Romeo y Julieta.

Elementos teatrales que se reflejan asimismo en el vestuario, diseñado por Dominique Lemieux, autora de los atuendos de otros montajes del Circo del Sol como Alegría, Saltimbanco, Quidam o Mystère. En Corteo, Lemieux ha querido resaltar la belleza natural de los artistas porque "estamos más cerca del circo tradicional, en el que se revela la humanidad de sus protagonistas".

Y, como es habitual, la música jugará un papel decisivo en el desarrollo de la obra. María Bozanigo es una de las compositoras de la partitura de Corteo que, adelanta, "refleja el aspecto teatral del espectáculo, algo así como moderno y medieval, con ritmos africanos, asiáticos y latinoamericanos. Nuevo pero sencillo al mismo tiempo".