Cultura

'La misión' trasvasada a la Guerra Civil

Encontrarás dragones. EEUU, 2011, Drama, 120 min. Dirección y guión: Roland Joffé. Guión: Larry Cohen, Joseph Tura. Intérpretes: Charlie Cox, Wes Bentley, Dougray Scott, Unax Ugalde, Olga Kurylenko. Música: Stephen Warbeck. Fotografía: Gabriel Beristain. Cines: Ábaco, Al-Ándalus Bormujos, Al-Ándalus Utrera, Arcos, Avenida, Cervantes, Cineápolis, Cineápolis Montequinto, Cinesa Plaza de Armas 3D, Cinesur Nervión Plaza 3D, CineZona, Los Alcores, Metromar.

Cada santo, si tiene suerte, acaba por encontrar su cineasta. Juana de Arco encontró a Dreyer, Francisco de Asís a Rossellini, Teresa de Lisieux a Cavalier… Y Escrivá de Balaguer a Roland Joffé. Es lo propio. Un realizador pulcro, con el prestigio suficiente, con mucho talento pero sin genio, que por el lado religioso cuenta en su haber con famosas películas sobre la reducción de las misiones jesuitas (La misión) y la obra de Teresa de Calcuta vista a través de un best seller (La ciudad de la alegría); y que por el lado bélico cuenta con un recordado alegato contra los desastres de la guerra (Los gritos del silencio). De todas formas se trata de un encuentro a medias, ya que las grandes y severas películas antes citadas se centran por completo en las vidas de los santos, mientras que Encontrarás dragones no es una biografía de Escrivá de Balaguer, sino un fresco histórico con formato de superproducción bélica en el que la figura del fundador del Opus Dei comparte protagonismo con otro personaje de ficción situado en sus antípodas, siendo ambos utilizados como personajes-símbolo que representan dos posturas ante el conflicto y la tragedia.

Como en La misión se trata de las vidas de dos hombres de carácter opuesto que, pese a militar de alguna forma en el mismo bando y tener los mismos enemigos en un momento complejo de la historia, reaccionan de forma muy distinta: uno con el perdón y el sacrificio, el otro con el odio y la violencia; el dilema entre la cruz y la espada que también inspiró la famosa película jesuítica de Joffé. En Encontrarás dragones las diferencias entre ambos -el sacerdote perseguido y el espía infiltrado en las filas republicanas- son mayores; y el contexto histórico -la Guerra Civil española- es más complejo. En coherencia con la mayor parte de su filmografía, el realizador utiliza los personajes y el contexto histórico para hacer una reflexión dramatizada y espectacular sobre las sombras y luces de la naturaleza humana que las situaciones extremas hacen, irremediablemente, más deslumbrantes o más densas.

Inglés, de origen judío, agnóstico y de izquierdas, Joffé no es sospechoso de tomar partido por razones ideológicas o religiosas. Y de tomarlo, no habría sido precisamente a favor de la causa opusdeística o franquista. El conflicto español es para él un violento, caótico y algo anacrónico telón de fondo representado con un elogiable esfuerzo por la objetividad: las ideologías totalitarias modernas desgarrando un país en el que habían fracasado los intentos de modernización y europeización republicanos; el escenario en el que se representa una brutal tragedia cainita con una destructora capacidad para dividir en dos bandos irreconciliables, forzando a tomar partido por uno u otro y arrollando a quien no lo hiciera; el escenario de una persecución religiosa y de una alianza entre la cruz y la espada (o las pistolas) premodernas; una herida nunca del todo cerrada -la película se plantea como un flash-back que parte de un presente mal suturado- que requiere comprensión, generosidad y perdón para consumar la reconciliación.

Lo mejor es su representación de la guerra, tanto en el frente como en la retaguardia. Tal vez nunca se haya filmado mejor, con más medios inteligentemente utilizados, la Guerra Civil. Una lección para los pega-planos nacionales. Lo más débil es la definición de los caracteres. El de Escrivá es excesivamente rígido y el de su antagonista, demasiado melodramático y un punto folclórico. El triangulo entre el espía, la bella brigadista y el apuesto miliciano recuerda demasiado al formado por don José, Carmen y Escamillo. A este problema de guión hay que sumar un reparto en mi opinión erróneo, carente de intensidad dramática, sobrado de una belleza juvenil demasiado condicionada por los gustos actuales y no matizada por el maquillaje -ni los protagonistas ni los secundarios tienen aire de los años 30h que le resta credibilidad y la aproxima a superproducciones de guaperas tipo Pearl Harbor. La misión tenía tres pilares -Robert de Niro, Jeremy Irons y Ennio Morricone- de los que esta correcta película carece.

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