CUANDO uno empieza a leer Ababdón el Exterminador, una nota a pie de página advierte que la comprensión del lector se verá mermada si antes no lee Sobre héroes y tumbas. Seguí el consejo y descubrí esa maravilla titulada Informe sobre ciegos. Salvado el escollo, volví a Ababdón, el bíblico Ángel del Abismo. Y encontré en sus páginas (la edición es de 1974: no se puede ser más visionario) esta dedicatoria para los inspiradores, alentadores y epígonos del 15-M, que también vale como desagravio hacia Josep Maria Llop, diputado ciego de Convergencia i Unió a quien los gamberros golpistas fascistas descerebrados del 15-J hijos del 15-M intentaron quitarle el perro-guía.

Escribe Ernesto Sabato: "... es frente a esta Academia de la Antiacademia cuando necesitarás quizá recurrir de nuevo a ese coraje de que te hablé desde el comienzo, fortaleciéndote con el recuerdo de los grandes desventurados del arte, como Van Gogh, que sufrieron el castigo de la soledad por su rebeldía mientras estos seudorrebeldes son mimados por las revistas especializadas, viven fastuosamente a costa del pobre burgués que insultan y fomentados por esa sociedad de consumo que pretenden combatir y de la que terminan siendo sus decoradores".

Han dejado crecer el juguete, lo inflaron y Bob Esponja terminó convertido en el monstruo del lago Ness. Ha habido artistas y políticos que les reían las gracias, les alababan el gusto y les doraban la píldora. Y encima, esta bazofia se permitía el lujo, el otro día, en la toma de posesión del alcalde de Sevilla, de insultar a los cámaras con la consigna: "Televisión, manipulación". ¡Si ese medio ha sido el que los ha convertido en icono de chicle, transgresores de guardarropía! Mimados, qué bien elegido el epíteto por parte de Sabato, por los dominicales de los periódicos, objeto de una vulgarización sociológica. Quienes se rindieron a su presunta clarividencia y apostasía deberían revisar en alguna filmoteca la película de los hermanos Taviani Alosanfan, la más despiadada traslación al cine del viaje de la utopía al fascismo de un grupo de iluminados.

Desde el 23-F no veía la humillación de unos diputados objeto de un secuestro. En la tierra de Ana Balletbó, la primera diputada a la que liberó Tejero por encontrarse embarazada de gemelos. Con el desaliño por tricornio, nihilistas de salón, esta brigada de golpistas que no dan ni golpe deberían hacer recapacitar a la clase política, más escrupulosa que nunca con la elección de sus representantes, aunque siempre preferiré un político corrupto antes que una sociedad corrompida, hez autocomplaciente de un discurso ágrafo sin más signos que los de interjección.