Arouna Kone, el futbolista que ha pasado por dos lesiones muy graves de rodilla y que en los dos últimos años en el Sevilla -éste es su quinto- apenas ha disputado 13 partidos, se convirtió ayer en el principal protagonista en la expedición del equipo nervionense en Rota al sufrir un alarmante episodio de espasmos, altísima fiebre, sudoración y frío intenso justo después de disputar los primeros 45 minutos del primer amistoso del equipo de Marcelino.

El costamarfileño, que además brilló en la primera mitad del Sevilla ante la Roteña (0-9) con un gol y dos asistencias a Armenteros y a Acosta, se sintió indispuesto en el vestuario, donde, ante la alarma de compañeros, cuerpo técnico y personal de la primera plantilla en general, cayó en un estado de semi- inconsciencia con un cuadro "abrupto de espasmos", como rezaba el parte médico que el club facilitó en la mañana de ayer, cuando el futbolista ya había pasado la noche en un hospital al que fue llevado de urgencia desde el estadio.

Kone fue de inmediato trasladado a un centro hospitalario situado en la Base Naval de Rota, pero los médicos del club, junto a los que allí lo atendieron, decidieron que el futbolista fuera ingresado en el hospital de Jerez, donde durante la madrugada se le realizaron todo tipo de pruebas y análisis para determinar el origen del severo cuadro que presentaba el jugador, al que le tardó bastante en remitir la alta fiebre que sufría.

En el aire saltaban muchas preguntas. Primero, que pudiera tener relación con una pequeña anomalía morfológica que Kone sufre en el corazón, que el club tiene controlada pero que provocó en su día que el Ajax descartara su fichaje, aunque después los médicos del club de Amsterdam explicaron que no tuvieron tiempo material (a horas del cierre del mercado) para profundizar en las pruebas en las que detectaron esta leve anomalía que es bastante común y que no impide la práctica del deporte de alta competición. No obstante, el Sevilla está bastante sensibilizado con estas cosas tras los casos de Puerta y Sergio Sánchez.

También tienen presentes los médicos del club que el futbolista sufrió un cuadro de malaria en 2007 justo cuando iba a incorporarse a la pretemporada del PSV Eindhoven. Esta enfermedad, para la que se aconseja tratamiento en los cinco años posteriores a pasarla, aparte de que no es contagiosa, no causa problemas estando bien controlada, y más en una persona fuerte y bien nutrida, pero el jugador ha estado de vacaciones en Costa de Marfil y había que descartar que el episodio sufrido tuviera relación con ésta o con otro virus de origen parasitario.

Además, el futbolista llevaba unos días con molestias en cuello y cervicales, de ahí que los médicos quisieran someterlo a una batería de pruebas y análisis exhaustivos para descartar una enfermedad aún más grave que la malaria como, por ejemplo, la meningitis, siendo los resultados negativos.

Afortunadamente, el futbolista, ya consciente y orientado por la mañana, fue mejorando poco a poco. Así, cuando la fiebre desapareció, ya sobre las tres de la tarde, los médicos decidieron trasladarlo a la clínica Sagrado Corazón de Sevilla, donde se desplazó desde Jerez junto al doctor Juan José Jiménez. El futbolista permanecerá unos días vigilado y se le seguirán realizando pruebas hasta hallar la causa concreta de la crisis que sufrió.

En lo que sí coincide todo el mundo que ha seguido la trayectoria de Kone en el Sevilla es en que el futbolista ha tenido muy mala suerte desde su llegada como el fichaje más caro de la historia del club (14 millones de euros). El delantero africano, que cuenta en la actualidad con sólo 27 años, sufrió la triada trágica jugando un amistoso con su selección y otra lesión grave de rodilla cuando militaba como cedido en el Hannover 96.

Este nuevo contratiempo empeora aún más su situación en el mercado en su último año de contrato en el Sevilla, donde no tiene sitio y es uno de los descartes decididos por Marcelino. El problema es su nulo bagaje de partidos disputados en los últimos dos años y también su altísima ficha.