FERIA Toros en Sevilla hoy en directo | Morante, Castella y Rufo en la Maestranza

crónica personal

Pilar Cernuda

Indignados

ESTAS líneas no me van a hacer ganar muchos amigos. Empezamos a ser multitud los indignados con los indignados, y cabría preguntarse qué ocurriría si esa multitud de antiindignados decidiera expresar su malestar con sus mismos métodos.

El movimiento social que provocó simpatías en los primeros días, que clamaba por lo que infinidad de españoles clamaban, que expresaban el descontento que una mayoría de los ciudadanos sentía, que criticaba a los políticos que sólo se preocupaban de continuar en el machito en lugar de atender los problemas acuciantes de una población desesperada por la falta de empleo, por la falta de perspectivas de futuro, por jóvenes que se sentían fracasados antes incluso de finalizar sus estudios porque sabían que tenían poco camino profesional que recorrer; el movimiento que se convirtió un poco en la voz de todos, al final se ha convertido en un nuevo problema que un gobierno acomplejado no sabe cómo resolver y un sector de población acomplejado también no se atreve a criticar abiertamente. Así, uno y otros, han dado alas a un 15-M que saca pecho y, todo hay que decirlo, desbarra.

Muchas de sus exigencias son acertadas y tienen que ser apoyadas sin reservas. Otras en cambio son pura demagogia, fruto de la inexperiencia de algunos de sus portavoces. Pero en lo que han fallado de forma estrepitosa, inaceptable, es en los métodos, y son esos métodos los que han provocado la aparición de multitud de indignados con los indignados.

En su idea de que no necesitan líderes para no caer en el error de los partidos políticos, ni tienen una voz autorizada y solvente ni tampoco una organización y una estructura. Se comunican a través de internet y a través de internet se dan instrucciones sobre qué hacer, cuándo, dónde, y qué propuestas se deben realizar en cada momento; pero la facilidad de comunicación no potencia ningún movimiento si no existe una línea coherente que seguir. Iniciaron su vida pública a través de comisiones, que se fueron disolviendo por diferencias internas; cada vez que ha surgido un portavoz con cierta solvencia y por tanto con cierto protagonismo, lo han eliminado y ahora, aunque a Rubalcaba le guste el 15-M y lance guiños constantes, no hay político serio que puede apoyarlos incondicionalmente.

Se pasan la legalidad por el arco del triunfo sin que la Policía, tan diligente para disolver otras manifestaciones, apenas intervenga a no ser que se planten ante el Congreso de los Diputados, acampan en las principales plazas incumpliendo todas las normas, han rechazado las invitaciones de los ciudadanos y comercios que les ofrecían espacios cerrados para plantar sus ordenadores, cortan vías, no aceptan las resoluciones de jueces o ayuntamientos y nos complican la vida a todos a pesar de que algún premio Nobel les preste su apoyo.

Tags

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios