LA plaza de toros Monumental de Barcelona acogió el domingo la que, por decisión del Parlamento autonómico, será la última corrida que se celebra en Cataluña, casi un siglo después de inaugurarse el coso. Terminada la temporada, el 1 de enero próximo entra en vigor la prohibición que fue refrendada por los diputados nacionalistas y parte de los del Partido de los Socialistas de Cataluña. El blindaje que durante el proceso de debate de la prohibición recibieron los festejos llamados correbous que se desarrollan en numerosos pueblos catalanes revela que no era la compasión ante el sufrimiento de los animales lo que ha movido a los promotores de esta medida, ya que en ellos son víctimas astados sin las características del toro de lidia, ante los que el torero se juega la vida. En el origen del movimiento en favor de la clausura de Cataluña a las corridas de toros está el propósito de erradicar un espectáculo que se considera colectivamente un símbolo de España, a pesar de la tradición taurina de Barcelona y, en concreto, de la plaza donde este fin de semana se echó el cierre a los toros. No andaban descaminados los aficionados y diestros que el domingo se despedían con gritos de "¡Libertad, libertad, libertad!". La medida constituye, además del menosprecio de una manifestación cultural secular, una vulneración de los derechos de las personas que libremente deciden acudir a una corrida, tan respetables como los que también libremente rechazan ese espectáculo y jamás pagarían por asistir al mismo. Por otra parte, el valor real de esta prohibición se multiplica por el hecho de que la fiesta de los toros se encuentra en franca decadencia en España, deteriorada desde hace años por actitudes e intereses de matadores, ganaderos, empresarios y otros sectores vinculados al mundo taurino, que no han sabido adaptarse a los cambios y exigencias de la sociedad. Sólo si se acepta el recurso presentado por el PP ante el Tribunal Constitucional por extralimitación de competencias de la Generalitat se podría empezar a cambiar la situación. Aún estamos a tiempo.

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