EN TRÁNSITO

Eduardo Jordá

Vicios populistas

EL caso del ex consejero de Empleo de la Junta, Antonio Fernández, ahora detenido, representa los peores defectos del modelo populista de ejercer la política que se ha impuesto en Andalucía -y en España- a lo largo de estos últimos 20 años. Y la detención de este ex consejero simboliza el fracaso mayúsculo de Andalucía como sociedad. Porque Antonio Fernández y sus tejemanejes representan a una sociedad que no se funda en los valores del trabajo, el conocimiento, la innovación y el desarrollo, sino en el fraude generalizado a costa de la asignación trapacera de fondos públicos. Y por mucho que nos empeñemos en negarlo, el modelo real de nuestra sociedad es un modelo parasitario que no crea riqueza ni conocimiento, y que sólo sabe sobrevivir gracias al mal uso generalizado del dinero que cae del cielo. Una sociedad, en fin, que justifica los peores tópicos de los puritanos alemanes que nos ven como un hatajo de irresponsables sin remedio. Los inversores que pretendan comprar deuda pública española, no lo duden, tomarán nota de este encarcelamiento.

La semana pasada, cuando la expropiación de Repsol YPF, todo el mundo comentó los vicios del peronismo argentino, y ahora resulta que nosotros también tenemos nuestros dirigentes peronistas, todos ellos expertos en el compadreo, la compraventa de voluntades y el uso arbitrario de fondos públicos. Y lo más triste es que los casos como el de Antonio Fernández -estoy seguro- también se han dado en otras comunidades autónomas gobernadas por el PP. Y en Valencia y Murcia, me temo, abundan los Antonios Fernández, igual que en Cataluña y en Madrid y en el resto de España. Y si estos casos no salen a la luz, es porque aún no han topado con un juez o una juez que tenga la suficiente determinación y el suficiente coraje como para llegar hasta las últimas consecuencias, ya que todas las comunidades autónomas -y da igual si son de un partido o de otro- han intentado blindar a sus políticos frente a las actuaciones independientes de la judicatura.

Que un consejero de la Junta se incluyese a sí mismo en un expediente ilegal de regulación de empleo demuestra el alcance de esta gigantesca estafa colectiva. Y este fraude generalizado contamina por igual a toda la sociedad andaluza, de arriba abajo, porque hubo empresarios y sindicalistas que se beneficiaron por igual de estas fullerías. Y si esto no es un ejemplo de los peores vicios del populismo, por desgracia se le parece mucho. Y lo más triste de todo es que el caso de Antonio Fernández desprestigia a los políticos honestos -porque los hay- que todavía trabajan con la esperanza de crear una sociedad un poco menos adormecida y un poco menos corrompida que la que tenemos. Difícil lo tienen.

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