la esquina

José Aguilar

Que espere el debate

DONDE las dan las toman. El ministro de Educación trata de reunirse con los rectores de universidad, pero excluye del orden del día los recortes que les ha pegado a sus presupuestos. El Gobierno andaluz PSOE-IU promueve un debate en el Parlamento, pero no sobre los recortes que acaba de aprobar, sino sobre los efectos -negativos, ya se sabe- de los Presupuestos Generales del Estado en esta comunidad autónoma.

Mucho perorar acerca de la necesidad de que el Parlamento sea un fiel reflejo de las preocupaciones de la calle y responda a las inquietudes de los ciudadanos y en el primer debate ordinario del Parlamento surgido del 25-M las dos izquierdas impiden que los diputados discutan de lo que ahora mismo preocupa en la calle e inquieta a la ciudadanía casi toda: la bajada de sueldos a los funcionarios y empleados públicos, el aumento de impuestos, la caída de las inversiones. El recorte autonómico, vamos.

Nada parece más adecuado para inaugurar la legislatura en el ámbito parlamentario que ocuparse del ajuste que Griñán-Valderas han agregado a los ajustes previos perpetrados por Zapatero, Rajoy y el mismo Griñán en solitario, cuando todavía tenía mayoría absoluta. Ajustes necesarios, qué duda cabe, pero no es eso lo que se discute, sino la maniobra de los dos socios para evitarse explicaciones sobre el ajuste propio (recordemos: 2.700 millones de euros) y, en cambio, denunciar por insoportables "los efectos" en Andalucía del ajuste ajeno, el impuesto por Rajoy en los Presupuestos Generales del Estado. La maniobra es legítima, por supuesto, y legalmente asentada en el reglamento parlamentario. El resultado, sin embargo, es que se deja para quién sabe cuándo el debate que corresponde a hoy y se apunta lo que será una constante en las iniciativas, mociones y resoluciones que triunfen en la Cámara en los próximos años: el Gobierno de Rajoy es malo, malísimo, para Andalucía y lo que la Junta haga mal -si es que hace algo mal- será porque el Gobierno la obliga.

Dejando aparte a Valderas, que ha sido oposición hasta ahora, es una guasa que se pretenda vender la idea de que treinta años de gobiernos socialistas ininterrumpidos no tienen nada que ver con el hecho de que Andalucía sufra el mayor paro de España. O de que el abandono y el fracaso escolar en nuestra tierra, tan abrumadores, son problemas sobrevenidos ahora por culpa de los recortes de Rajoy y no por las políticas de los consejeros de Educación socialistas durante tres décadas (para ser justos: ellos son también los que han universalizado la enseñanza). O de que no hay dinero para la dependencia porque el Gobierno ha cerrado el grifo y no porque la Junta considera más prioritario gastarlo en Canal Sur.

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