Previsión El tiempo en Sevilla para este Viernes Santo

Las empinadas cuestas

amparo / rubiales

Violencia y lenguaje

LA semana pasada 4 mujeres fueron asesinadas en 4 días, y el domingo otra más apuñalada e ingresada en estado muy grave, sin que estos terribles sucesos hayan merecido ni una palabra de la ministra ¿responsable?, la silente Ana Mato. Son datos aterradores ante los que nadie puede permanecer indiferente. El Gobierno de Rajoy está dando señales alarmantes: reduce un 30% el presupuesto destinado a prevenir la violencia de género, presenta un anteproyecto de reforma del Código Penal que posibilita la sustitución de la pena de cárcel al maltratador por una simple multa, modifica penas para que la mayoría de los delitos sean considerados leves y prescriban al año, despenaliza las vejaciones injustas leves y desprotege a los menores al no considerar agravante el maltrato en su presencia. Además eliminan la Educación para la Ciudadanía que enseñaba a rechazar todo tipo de violencia, especialmente la de género, esencial para erradicarla, sustituyéndola por la Religión y permitiendo la educación segregada. En la reforma local acaban con los servicios de atención y apoyo a las víctimas, incluidas las casas de acogida.

Esto es grave, pero también lo es el lenguaje, que no es neutral, porque, aunque sea subconsciente, es intencionado. Ahora de nuevo se habla de "violencia doméstica", para encerrar el problema en el ámbito privado, desamparando socialmente a las mujeres; se olvida de que se trata de una violación de los derechos humanos, que exige la misma respuesta que la que se da contra el otro terrorismo. La ley vigente, aprobada por unanimidad, se llama "integral contra la violencia de género", no por capricho.

Que Zoido hablara en el Parlamento andaluz de "señoras" que sufren "malos tratos", al referirse a las víctimas de la violencia de género, tiene mucha importancia, como la tiene lo de "la chica de Presidencia" del Defensor del Pueblo andaluz, en esa incomprensible rabieta que le provoca saber que el Parlamento, que lo había elegido para el ejercicio de su cargo, sin unanimidad, hacía 17 años, lo sustituye por otra persona de consenso, cuando llevaba además casi dos años en funciones. Lo siento por él, pero no se nos puede reducir ni a "chicas" ni a "señoras", ni olvidar que somos mujeres con plenitud de derechos. Atentar contra nuestra vida e integridad es terrorismo. El machismo tiene manifestaciones de distinta intensidad, pero mata, y el lenguaje es nuestro modo de comunicación primordial.

Tags

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios