DIRECTO El resultado sobre la consulta de la Feria de Sevilla en directo

DERBI Sánchez Martínez, árbitro del Betis-Sevilla

las claves

pilar Cernuda

Dudas frente a convicciones

Diálogo. Rajoy y Mas mantienen una buena relación, como evidencian sus fluidos contactos y citas privadas, aunque el primero tiene todo mucho más claro que su ambiguo interlocutor

SE lo comentó a su gente más cercana al regresar de Madrid: con Rajoy se puede dialogar, pero el presidente está muy condicionado por sus votantes y por los medios de comunicación afines, y no tiene más remedio que presentar una posición inamovible respecto a la propuesta de la Generalitat de convocar una consulta sobre el futuro de Cataluña.

Se lo comentó a sus colaboradores nada más de regresar de su encuentro en La Moncloa con Rajoy, encuentro para el que Artur Mas siguió la estrategia de las ocasiones en las que busca discreción absoluta, viajar en coche a Madrid, única manera de que nadie detecte su presencia en el Ave o en el aeropuerto. La charla, explicó, fue extensa, sincera, profunda, en la que solo se abordaron dos cuestiones relevantes: la consulta que Mas ha fijado para el año 2014, y la financiación autonómica.

Tanto Rajoy como Mas suelen comentar en privado que sus relaciones personales son buenas, no han roto la comunicación entre ellos ni siquiera en los momentos de mayor tensión, y hablan con frecuencia por teléfono. Sólo han mantenido dos encuentros formales desde que Rajoy fue elegido presidente, y hasta ahora se contabilizaban dos encuentros privados más, ninguno de ellos desmentido. Ahora hay ya un tercero, celebrado el 29 de agosto, que no había trascendido hasta que empezaron las especulaciones sobre lo que podría haber desencadenado el anuncio de Artur Mas de que convocaría unas elecciones plebiscitarias en 2016 si no encontraba marco legal para la consulta independentista pactada con ERC para el año que viene.

La reacción al anuncio ha sido tan virulenta por parte de ERC, en forma de ultimátum, que Mas se ha visto obligado a matizar sus declaraciones hasta el punto de que algunos podrían considerarlas una marcha atrás a la marcha atrás del jueves: habrá consulta el 2014 declaraba la mañana del viernes pasado. Veremos. Porque lo que sí había advertido Mas desde siempre es que la consulta sería legal. Y si el jueves lo recordó en una emisora de radio y además se refirió a unas elecciones plebiscitarias, es evidente que ha reflexionado estos días sobre el contenido de su conversación con el presidente del Gobierno. Pero si fue esa reflexión lo que llevó a Mas a insistir en la necesidad de que la consulta respetara lo que marca la ley porque en caso contrario no la celebraría, la respuesta del sector más independentista de Cataluña, sector creciente -ERC supera a CiU en todas las encuestas- y las declaraciones de dirigentes de la Asamblea Nacional Catalana, obligaron al presidente de la Generalitat a salir a la palestra la mañana del viernes para asegurar que no retrocedería "ni un milímetro" en su intención de convocar la consulta en el 2014. Lo que ha provocado tranquilidad en las filas independentistas, pero se trataba de una declaración trampa porque no ha retirado su intención de celebrarlas dentro del marco legal. Que no lo hay si no lo apoya el gobierno central. Que no la va a apoyar.

Quienes conocen bien a Artur Mas aseguran que da prioridad a las cuestiones económicas sobre la consulta, pero se siente atrapado por su pacto con ERC. Y quienes conocen bien a Artur Mas aseguran también que a medida que se acerca el 2014 se acrecientan sus dudas sobre la oportunidad de la consulta y sus posibles consecuencias, tanto si es masiva con resultado a favor de la independencia, como si la participación es escasa y también con resultado proindependencia. Porque de lo que están convencidos en la Generalitat es de que el resultado de la consulta sería pro, la mayoría de los no independentistas se quedarán en casa porque piensan que el simple hecho de acudir a las urnas es ya un gesto de aceptación del derecho a decidir, que es lo que defienden los independentistas. Por lo tanto, explican quienes conocen el contenido de las conversaciones mantenidas por Mas con Rajoy, en estos años últimos el presidente de la Generalitat ha pedido siempre al presidente del Gobierno español que le diera argumentos que presentar a los catalanes para no convocar la consulta, y que esos argumentos solo podían ser los que van ligados con la financiación. Hace tiempo ya que Mas ha renunciado al pacto fiscal que no se ha quitado de la boca durante años, pero sí quería, o pretendía, que Rajoy diera cierto trato de favor a Cataluña en cuestiones dinerarias, para así decir a los nacionalistas más radicales y los independentistas que no habría consulta pero sí medidas importantes para la buena marcha de Cataluña.

Pero frente a las dudas de Mas respecto a la consulta, dudas porque conoce sus consecuencias negativas pero por otra parte se ve obligado a cumplir lo pactado con ERC, se ha encontrado el presidente de la Generalitat con un presidente inamovible respecto al independentismo o el referéndum independentista. Sin embargo Rajoy sí se ha mostrado dispuesto a hablar de financiación y de hecho se han producido varios encuentros entre miembros del Gobierno central y el catalán, los más importantes los mantenidos entre Soraya Sáenz de Santamaría y la vicepresidenta Juana Ortega. Que es de Unió, aunque se ha expresado siempre a favor de la consulta, contaminada por el trato diario con Artur Mas y con el hecho de ser oficialmente la número dos del Gobierno catalán.

Y es que además de las dudas respecto a la conveniencia de la consulta independentista, Artur Mas tiene miedo también a que esa consulta provoque la siempre temida -por unos y otros- escisión entre Unió y Convergencia, y desaparezcan las siglas CiU del mapa político y social catalán.

Duran, que es consciente de que cometió un error hace un año al sumarse a la manifestación independentista de la Diada, y que ha pasado meses advirtiendo de que lo hizo como nacionalista pero que no está a favor de la independencia, en esta ocasión se ha curado en salud y ha programado en su agenda oficial un viaje fuera de España para no tener que dar explicaciones sobre su ausencia el día 11. Su equipo de Unió no se sumará a la cadena humana independentista y cada vez marca más distancias públicas con quienes desde Convergencia se apuntan a las tesis de ERC.

En esa situación se comprende que Artur Mas dé titulares un día porque da marcha atrás en su intención de apoyar una consulta, y horas después ofrezca una versión edulcorada de lo que había declarado el día anterior: no sabe qué camino tomar.

Tags

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios