Alto y claro

josé Antonio / carrizosa

El abismo

QUE se desengañe Susana Díaz. Lo de Cataluña tiene difícil remedio y su viaje a Barcelona a comienzos de esta semana no va a tener otro balance que la imagen con Artur Mas en el claustro gótico del Palacio de la Generalitat y la conferencia ante una representación más o menos cualificada de la burguesía catalana. Fotografías en definitiva, de las que quizás hasta esté abusando la presidenta andaluza. Ni la reforma constitucional para blindar las competencias autonómicas, ni el cambio radical del Senado para que sirva para algo, ni tan siquiera el reconocimiento de singularidades que conduzcan a algún tipo de federalismo asimétrico servirían ya para detener la especie de escalada suicida en la que se ha metido el nacionalismo catalán. El referéndum que propugna Mas no se hará nunca, o por lo menos no se hará en condiciones de legalidad. Pero en el horizonte están cada vez más dibujadas unas elecciones que el nacionalismo más radical, el representado por Esquerra Republicana, se podría llevar de calle. Y a partir de ahí el abismo de una probable declaración unilateral de independencia está servido.

Sólo un Gobierno fuerte en Madrid, que ahora a pesar de la mayoría absoluta del PP no existe, y que la Unión Europea se tomara el desafío separatista como un problema que afecta a la propia estabilidad del continente podría reconducir las cosas, pero ni lo uno ni lo otro está ahora encima de la mesa. Hay que tener muy presente que el origen del movimiento rupturista catalán está en la profunda crisis institucional que vive España, que quedó patéticamente representada ayer en la imagen de la declaración de una hija del Rey de España ante un juez que la investiga en un caso de corrupción. Ni la Corona, ni el Gobierno ni las comunidades autónomas están cumpliendo el papel que tienen asignado en el ordenamiento constitucional y una parte significativa de Cataluña ha entendido, en medio de este maremágnum, que tiene mucho más que ganar si se va que si se queda.

En algunos cenáculos políticos de Madrid se habla desde hace algún tiempo de una convocatoria anticipada de elecciones para propiciar un gobierno de amplia base, en el que estarían el PP y el PSOE, que tendría como misión abordar la cuestión catalana, al tiempo que la Corona se implicaría activamente en la defensa de la unidad nacional. Parece política ficción pero no duden de que al final las cosas tendrán que ir por un camino que ahora nos puede parecer ilusorio. Por muy buena voluntad que le eche Susana Díaz, al final no es cuestión de cambiar la vía para que frene el tren, sino de convencer al maquinista de que va directo contra un muro de cemento.

En el desafío catalán España se juega una parte importante de su futuro como sociedad. Es uno de los problemas más graves a los que se ha enfrentado nuestro ordenamiento democrático en los últimos 35 años. Andalucía tiene también un reto importante porque la amenaza de ruptura de la cohesión nacional la puede terminar perjudicando gravemente. Las cuerdas siempre se rompen por el sitito más débil y nosotros estamos precisamente ahí.

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