La esquina

josé / aguilar

Lector catalán en Granada

ME escribe un catalán de visita a Granada. No se considera antiespañol, pero denuncia que en España falta cultura democrática. Por eso, explica, Rajoy no permite el referéndum que sí ha autorizado Cameron en Escocia, con el resultado conocido. Un resultado que ha provocado en Artur Mas la reacción que predije ayer: votar une y no divide, y lo importante es que, igual que los escoceses, los catalanes puedan ejercer el derecho a decidir su futuro.

Él lo hará posible, añade, restando trascendencia al hecho de que el no a la independencia se impuso por más de diez puntos al sí en una votación muy masiva. Mucho más masiva que la participación en la Diada, interpretada por el presidente de la Generalitat como la prueba de que existe un clamor ciudadano por el referéndum. Y es que los que más chillan no son necesariamente los que ganan en las urnas. En democracia no vale otro clamor que el que emiten todos y cada uno de los ciudadanos cuando escogen libremente y en secreto una papeleta.

Lo cierto es que Artur Mas ha perdido en Escocia. ¿O es que no había fijado la fecha de su consulta cuidadosamente intentando beneficiarse del clamor por el sí a la independencia escocesa que estaba seguro de escuchar durante la jornada del jueves?

Pero prefiero contestar al lector catalán de Granada Hoy. Amigo Francesc: hay una gran diferencia entre el proceso soberanista de Escocia y el de Cataluña. La integración de Escocia en el Reino Unido, hace trescientos años, se materializó mediante un pacto que dejaba abierta la posibilidad de su revisión y ruptura. Esa posibilidad es la que ha llevado al nacionalismo escocés y al gobierno británico a pactar el referéndum que acaba de celebrarse.

Las relaciones entre Cataluña y España están reguladas por la Constitución, que no tiene trescientos años, sino treinta y seis, y esa Constitución no contempla una posibilidad semejante (separación unilateral por referéndum de una parte del territorio). Convocar una consulta catalana, como pretende Mas, no es una iniciativa democrática, sino antidemocrática. El referéndum escocés se ha hecho en cumplimiento de la ley. El catalán quiere hacerse vulnerando la ley de leyes que es la Constitución. Es quien va a convocarlo el que no manifiesta la cultura democrática que el lector echa en falta.

¿No hay, pues, salida para los nacionalistas de Cataluña? Sí: intentar que cambie la Constitución. Por los métodos que la Constitución establece. No por las bravas.

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