MAÑANA se emite el tercer capítulo de Bajo Sospecha, una de las grandes apuestas de Antena 3 para esta temporada pero que corre el riesgo de estancarse. Del episodio de este martes espero encontrar por fin algo que me enganche a esta trama que de momento me resulta bastante dispersa. Los datos de audiencia de las dos primeras emisiones demuestran que en España reclamamos series de este tipo y que no todo sean comedias o recreaciones históricas. Por eso con este estreno lo tenían fácil para conseguir adeptos. Lo difícil en estos casos es hacer un trabajo de calidad. El capítulo de mañana puede marcar un antes y un después en el proceso de esta ficción de Bambú Producciones. Hasta ahora se ha visto un trabajo bien hecho, correcto, pero que no transmite la emoción que el género requiere. La pena es que uno de los principales problemas ya no se puede cambiar. Tras la emisión del primer capítulo muchas eran las críticas negativas hacia el trabajo de Blanca Romero. No quise caer en el error de considerar que restaba mucho a la serie desde el minuto uno pero tras ver el segundo episodio no me quedó otra que unirme a los que piensan que no está a la altura del papel protagonista que interpreta. No es de extrañar ya que esto es algo que me suele pasar con las actrices que la productora elige para protagonizar sus series. En Gran Reserva y Velvet Paula Echevarría, en Gran Hotel Amaia Salamanca y ahora en Bajo Sospecha Blanca Romero. Les vale más un rostro bonito y conocido como reclamo que alguien desconocido que aunque lo haga mejor no sea identificado por los espectadores. Como estrategia de marketing está bien pero para según qué series en las que lo que prima es la calidad y despertar los sentimientos es bastante arriesgado. Pero no hay que echar toda la culpa a Blanca. En Bajo Sospecha de momento la única que se salva es Alicia Borrachero, para mí la gran estrella del elenco.

La duración de la serie también puede jugar en su contra. Diez capítulos son demasiados. Puede resultar bastante larga y corre el peligro de que veamos situaciones de relleno que estropeen un proyecto que podría haber sido de los mejores de la actual televisión. Al menos desde la productora han asegurado que al final del décimo episodio conoceremos al culpable de la trama. Existe la posibilidad de que haya una segunda temporada con un nuevo conflicto. Un planteamiento demasiado arriesgado. Cada vez estoy más a favor de que las series duren una temporada y que sean cortas. El final de Bajo Sospecha tendrá que ser sorprendente para que no caiga en el olvido o en la larga lista de ficciones españolas que se estropearon por su cierre. Tras la emisión de dos capítulos quieren que los espectadores tengamos claro quienes son los posibles culpables del secuestro de la niña. Seguro que el final nada tendrá que ver con lo que sospechamos ahora. Espero que cuando conozcamos la verdad podamos atar cabos y que todo cuadre. Mientras, a seguir jugando a los detectives.