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Helena Arriaza

Superviviente en Cantora

POR fin ha terminado Supervivientes. Bueno, lo de por fin es un decir porque desde ayer Telecinco emite Pasaporte a la isla. Una prolongación cutre del reality que recuerda al frustrado Campamento de verano pero con otro nombre y en el que el premio es participar en la próxima edición del programa de Jorge Javier Vázquez. Al menos descansaremos un poco de él y disfrutaremos de Jordi González. Bueno, lo de descansar de Jorge Javier también es un decir porque en verano lo veremos al frente de Cámbiame Premium. Más cutre si cabe que Pasaporte a la isla. Una vez más la cadena quema sus formatos y a sus presentadores cambiándoles el nombre o de programa para que parezca que hacen algo nuevo. Pero es más de lo mismo.

Volviendo a Supervivientes he de decir que era uno de mis formatos favoritos de telerrealidad, pero esta edición ha sido la que menos me ha gustado. El jueves pasado se emitió El último debate, en el que Raquel Sánchez Silva habló con concursantes y familiares de todo lo que había ocurrido durante los casi tres meses de convivencia. El programa sirvió para unir en cuatro horas todo lo chabacano que se observaba semana tras semana en Honduras. El guapo Rubén y su chica peleando con la colaboradora Belén Rodríguez. Nacho Vidal sobre actuando y exagerando todas sus palabras con una actitud flower power, de paz y amor que nada tenía que ver con lo que mostró durante el concurso. Chabelita con la misma parsimonia de siempre pero sin dejar títere con cabeza cada vez que hablaba la boca. Que por cierto esta edición bien podría haberse llamado Superviviente de Cantora, porque al final lo más rentable para la cadena ha sido las historias que la hija de la Pantoja ha contado sobre su familia. La noche del jueves volvió a soltar perlas por su boca contra su hermano. Carnaza para el resto de programas de Vasile. El peor de todos fue Christopher, el extraño ganador. Durante todo el debate mostró una actitud altiva, de frialdad, que acompañada de su modelito y su peinado daban ganas de apagar el televisor. Por no hablar de su madre y su hermano, protagonistas de historias para no dormir que una vez más dejaban los temas de la isla en segundo plano. Menos mal que Raquel aguantó como una campeona porque estar en la recta final de su embarazo de gemelos y aguantar a esta panda tiene mérito. La presentadora ha hecho bien su labor al frente de El debate cada domingo, pero nada que ver con cómo lo hacía en la isla. Su sustituta, Lara Álvarez, no lo ha hecho del todo mal, aunque tampoco ha llegado a la altura de Raquel. Jorge Javier como siempre sublime. Es un tipo que puede caer mejor o peor pero su sentido del espectáculo y cómo se adapta a cada persona con la que habla para sacar lo mejor de ella le convierten en el idóneo para ponerse al frente de este tipo de programas. Pese a que en su vestimenta no ha estado nada acertado. Aún está lejos de Mercedes Milá, única que puede ponerse modelitos temáticos e imposibles. Hablando de ella y de realities: Que llegue pronto septiembre. Que vuelva Gran Hermano.

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