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Helena Arriaza

Pasaporte a lo casposo

TELECINCO no podía pasar el verano sin tener un reality en su programación. Pero les ha salido el tiro por la culata. A las pocas semanas de terminar la última edición de Gran Hermano comenzó Supervivientes. Las emisiones de las galas y los debates los jueves y los domingos, además de los resúmenes diarios, convirtieron a la cadena en líder de las franjas horarias en las que la casa de Guadalix y las playas de Honduras fueron protagonistas. Pero no todo vale. El año pasado ya fracasaron con Campamento de verano y la historia se repite con Pasaporte a la isla. Muy parecido a su predecesor pero con distinto nombre, para intentar camuflar que es igual de malo. La audiencia del programa presentado por Jordi González cae en picado conforme pasan las semanas. Ni los concursantes ni la mecánica del concurso merecen que alguien se pierda una cena o una copa en una terraza disfrutando del buen tiempo. Ni los enamorados de la telerrealidad somos capaces de tragarnos una entrega entera del programa. Solo encuentro una cosa positiva, la co-presentadora. Laura Lobo está muy por encima de Sonia Ferrer, que estuvo al frente del campamento del verano pasado. Esta vez la presentadora aporta un toque de frescura y de cordura entre la poca lucidez de los participantes. Participantes a los que llaman aspirantes porque el que gane conseguirá ser concursante de la próxima edición de Supervivientes. Pero a lo que aspiran es a ser famosos. No hay más que ver el grupo para averiguar que el objetivo de quienes lo forman es que se hable de ellos. Los ex tronistas y pretendientes de Mujeres y hombres y viceversa, las madres de Quien quiere casarse con mi hijo, otra que como no podía ser de otra forma en la cadena tiene relación con Cantora o rostros conocidos de los que ya nadie hablaba y que buscan una nueva oportunidad para formar parte de lo casposo.

Las risas que provoca el reality no son por los ratos divertidos que hacen pasar los concursantes o por las pruebas que realizan. Las carcajadas vienen al escuchar comentarios de personas sin inquietudes, sin cultura, sin más vocación que la de ser famoso y ganarse la vida haciendo bolos. Todo muy lícito, pero que no pretendan hacernos creer que hay algo más allá de eso. Hasta la cabra huyó de ellos. Los primeros días del programa tenían que cuidar del animalito, que cada vez que podía salía por debajo de la verja y se escapaba de la casa para perderles de vista. Es más inteligente Estrellita, que así se llama la cabra, que los que fueron sus cuidadores. Supuestamente el reto de los habitantes de la casa es viajar el año que viene a Honduras y formar parte del elenco del programa de Jorge Javier Vázquez. Lo único que tienen que hacer estas semanas es demostrar que serían capaces de sobrevivir tres meses en la isla sin comer, sin cama, sin agua caliente y sin ver a su familia. Pero ya hay quien ha dicho que no sería capaz. En definitiva, pasaporte al famoseo barato.

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