TIEMPO El tiempo en Sevilla pega un giro radical y vuelve a traer lluvias

el poliedro

José / Ignacio Rufino

De la 'pela' a la piel, y vuelta a la 'pela'

Si Rajoy hubiera hecho gestos para suavizar la notable solidaridad fiscal catalana, quizá no estaríamos aquí

LA ofensiva diplomática del Estado en las semanas previas al plebiscito del 27 sobre la independencia de Cataluña (qué importa pervertir unas elecciones autonómicas cuando la historia y el destino urgen a un pueblo irredento) ha sido tan notable como notable ha sido el dontancredismo del propio presidente ante la amenaza soberanista de Mas, durante los no menos de tres años en los que Rajoy ha hecho suya aquella canción de Ilegales: "Si la muerte me mira de frente, me pongo de lao". Un acuerdo de financiación más conveniente para la fiscalmente solidaria y deficitaria comunidad catalana -cosas de ser más rico, sí, pero los argumentos nacionalistas tienen buena defensa- hubiera cauterizado la hemorragia independentista, o al menos hubiera calmado el ataque de cuernos de Cataluña con el chollo fiscal vasco-navarro, entrando en un proceso de amplia negociación. Pero no: "Constitución, Constitución y Constitución", le hemos repetido cansinamente, como si los Estados y los países y las propias constituciones fueran inmutables a lo largo de la Historia.

Esta terquedad, pasiva terquedad de gallegas maneras, ignora que las reclamaciones catalanas son -o eran- más económicas que identitarias, salvo los más radicales (que no son precisamente los catalanes hacendosos, emprendedores, sensatos, ahorradores y muy miraditos con la pela). Rajoy ha contribuido decisivamente a que un asunto fiscal se convierta en un caso de divorcio entre territorios secularmente unidos: desde el punto de vista estrictamente fiscal, entre Cataluña y España lo más racional sería negociar una mejora de la financiación catalana con el Estado español sin asumir los nuevos costes que supondría la independencia para la propia Cataluña. Ahora, tarde y con cierto tufo a pacto diplomático -a cambio de qué, veremos-, dos megalíderes, Obama por Estados Unidos y Juncker por la Unión Europea, han expresado su discrepancia y rechazo al órdago de Junts pel Sì. En un país donde Cataluña no significa nada -España, algo, ¿sabría usted ubicar a Michigan en el mapa USA?-, el propio Obama aceptó declarar que él quería "una España fuerte y unida", después, eso sí, de negarse a la petición española de que hiciera una declaración contra la independencia de Cataluña. Juncker sí fue contundente: "Si llegas a independizarte de España, matricúlate en primero de la carrera de miembro de la UE", vino a decir. Uh, miedo; lo del inefable Jean-Claude da más que pensar; se trata del mercado, que lo es todo. Las palabras de Juncker habrán motivado a más de un catalán con el robatori espanyol. Y por tanto, a votar No. En la intimidad, claro. Al final, nuestro corazón puede tener forma de monedero.

Y antes de ayer mismo, otra vuelta de tuerca con descarnado argumento económico y empresarial. O si prefieren, de argumento ahorrador, deudor, inversor, patrimonial, laboral... del propio ciudadano, que es de lo que las naciones se suponen que están hechas (las urnas, desde luego). Y más las naciones que no son pobres ni están desesperadas, sino relativamente al contrario. El nacionalismo catalán es un nacionalismo rico, o sea, más rico que la media del territorio del que no quiere tener pasaporte. No pocas empresas vienen cantándolo con la boca más o menos abierta. La industria del cava lo canta hace años, pero es sólo el ejemplo más tópico. Muchas otras tienen su mercado natural en España. Ahora toca a la pela sin piel: a la banca. Ayer mismo, se enfocó más el círculo de las advertencias meneando el dedito índice en alto. Sin ambages y al alimón, las patronales española y catalana de banca lanzaron un comunicado en el que no se cortan: tras una palmaria exposición de motivos, amenazan con poca veladura con irse de Cataluña se ésta declara su independencia de España. Osti, tu!

Tags

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios