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Helena Arriaza

La vuelta al mundo de Máxim Fog

SIEMPRE he sentido predilección por Máxim Huerta y todavía no había tenido una excusa para escribir sobre él. Lo recuerdo al frente de Informativos Telecinco cuando yo solo tenía diez años y empezaba a tener claro que quería dedicarme al periodismo. Él fue uno de mis referentes. Después lo recuerdo en El programa de Ana Rosa, donde por cierto su ausencia continúa siendo más que notable. Mientras ha estado fuera de la televisión y los espectadores le hemos echado de menos me ha ganado con la sensibilidad de sus libros, muy recomendables, y con sus fotografías de Instagram, con las que hace cómplices de su día a día a sus seguidores. Ahora ha vuelto a la pantalla y lo ha hecho con un programa envidiable para los que somos amantes del cine y de los viajes. ¡Quién fuera Máxim para recorrer Nueva York, Roma, Praga o Berlín con el cine como telón de fondo! Y menos mal que no terminó al frente de La mañana de La 1 en sustitución de Mariló Montero como dijeron algunos rumores porque por muy bien que lo hubiera hecho este es un programa maldito que no se merece.

Es una alegría que RTVE apueste por un programa blanco y cultural como Destinos de película. Engancha recorrer las ciudades más emblemáticas del mundo bien porque recuerdan a los viajes que uno ha hecho (es lo que me ha ocurrido con Nueva York y Roma, las dos primeras entregas) o bien porque entran ganas de sacar un billete y coger un avión (es lo que me ocurrió anoche con Marruecos y lo que seguro me ocurrirá en futuros programas como por ejemplo el que se grabó en Praga).

Y esto con el buen cine de telón de fondo. A esto hay que añadir el hecho de que hayan contado con el valenciano, que ha sido todo un acierto. Se nota que le gusta presentar este proyecto, siempre con una sonrisa, transmitiendo felicidad, entusiasmo y con una forma muy sencilla de explicar las cosas que hace que verlo sea una delicia.

Màxim es capaz de trasladarnos al lugar en el que se encuentra, nos hace cómplice de sus viajes y de sus privilegios, que aunque dan envidia se convierte en envidia sana gracias a su buen hacer. Los datos que ofrece Mónica, a quien no ponemos cara, sobre las ciudades son muy interesantes para quien quiera viajar a esos destinos. En cada programa el presentador cuenta con invitados españoles que residen en las ciudades o con personas de allí que relatan su experiencia y curiosidades y permiten ir más allá de lo turístico. Así al repaso cinematográfico se añade información de utilidad y anécdotas que hace que el formato sea de lo más completo y dinámico.

El único inconveniente del programa es la hora a la que comienza y por tanto, a la hora que acaba. Que empiece los lunes casi a las doce de la noche es un mal día y una mala hora para los que tenemos que madrugar al día siguiente. Menos mal que existe la opción de grabarlo o verlo a la carta para buscar un hueco entre semana y disfrutarlo, de desconectar de la rutina, de evadirte de la realidad y trasladarte durante una hora a los destinos. Algo que Màxim consigue con su naturalidad, simpatía y buen trabajo.

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