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Crónica personal

Pilar Cernuda

No es esto, no es esto

LO diría nuevamente Ortega si echara una visual al panorama político. Al panorama político y al panorama judicial, que Garzón lo está envenenando todo movilizando a sus amigos para que denuncien que es víctima de un acoso del franquismo y no un prevaricador, y María Emilia Casas está provocando un desprestigio del Tribunal Constitucional ante su incapacidad para lograr un acuerdo sobre el Estatuto catalán tras cuatro años de debate. Lo penúltimo es que ahora vuelve a la idea de hacer valer su voto de calidad si logra que finalmente uno de los magistrados que no aceptan la ponencia sobre el Estatut se pasa finalmente al otro bando; es en la posibilidad del voto de calidad en lo que está la presidenta en este momento, después de decir durante mucho tiempo que nunca haría valer ese voto como hizo García Pelayo ante la sentencia de Rumasa.

En cuanto a Garzón… ríos de tinta se han escrito sobre el juez, pero se ve que lucha por su imagen y por su carrera más que por encontrar la verdad en algunos de los asuntos que trae entre manos. Como el del bar Faisán, sin ir más lejos. Ha movilizado a los de siempre, y en su derecho está. Lo que chirría es que entre los que se han movilizado se encuentran miembros destacados del PSOE y del Gobierno, que se han fotografiado en el acto de apoyo a Garzón bajo una gran bandera republicana. No es esto, no es esto, decía un Ortega y Gasset apesadumbrado. Pues así estamos la mayoría de los españoles, apesadumbrados. Porque la simpatía por el juez estrella se disuelve como azucarillo en vaso de agua cuando se ve de qué manera desprestigia a su honrosa profesión con tal de salvarse él. Cómo tergiversa las cosas para presentarse como víctima del franquismo, como si los franquistas tuvieran poder en esta España de hoy para dejar fuera de juego a nadie, y mucho menos a alguien con presencia pública. Y cómo Garzón y sus amigos no dudan en echar tierra sobre prestigiosas figuras de la Judicatura que consideran que hay que analizar si Garzón pudo haber prevaricado.

Un magistrado progresista como Luciano Varela es considerado por los Almodóvar, Bardem, Zerolo, Méndez, Toxo y habituales de turno como un conocido facha. Todo, pero todo, con tal de salvar a un Garzón que ha convencido a algunos de que él es el único juez que lucha contra la corrupción y por eso se encuentra en tan difícil situación. Como si los muchos casos de corrupción sólo los hubiera descubierto Garzón … Sin ir más lejos, nada ha tenido que ver con lo que se ha investigado en Baleares, o en Andalucía, o en Canarias, por hablar sólo de algunos bien recientes.

Lo que estamos viendo produce desazón, tristeza, inquietud, y una profunda vergüenza. No nos merecemos esto.

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