Cosas que pasan

"Cayetana ha luchado por Alfonso y lo ha conseguido"

  • Carmen Tello es para la duquesa de Alba la hermana que no tuvo y, como tal, será madrina de su tercera boda

Carmen Tello es una excelente anfitriona. Una mujer que hace sentir bien a quienes visitan su hogar y que, en esta ocasión, ha abierto las puertas de la casa que comparte con su marido, Curro Romero, entendiendo el interés que, la boda de la duquesa de Alba, despierta socialmente aunque algo abogiada también por el asedio de la prensa. Sin pretender ser portavoz de nadie, Carmen solo da su visión de un hecho en torno al que, como madrina que será del enlace -y amiga de la novia-, tiene mucho que aportar.

-¿Cómo está viviendo todo lo concerniente al matrimonio de Cayetana?

-Pues al principio me hizo mucha ilusión -y me sigue haciendo- pero todo el mundo quiere que digas y cuentes y eso me angustia un poco porque no desearía quitarle protagonismo a ella. Yo soy solo la madrina y, la verdad, tengo suerte de serlo.

-¿Qué reacciones está viendo en la gente cuando acompaña a la duquesa?

-Eso hay que vivirlo. Entras en una plaza de toros y recibe una ovación que parece el torero. Claro que es una mujer que ha sembrado mucho cariño y se ha dejado querer. Los niños de cuatro años la saludan, los extranjeros… Es una reacción unánime que, a pesar de que pueda cansar un poco, le agrada.

-¿Podría describir cómo es su amiga en el tú a t ú?

-Una persona muy sencilla. No complica. A la hora de comer, por ejemplo, es un placer porque siempre le gusta que le pongan lo mismo: tortilla de patatas, gazpacho, canapés con queso, arroces… No protesta aunque, a la vez, sabe bien lo que quiere. Le agrada que la traten como a otra amiga. Hay quien siendo menos importante, es más complicado. Además nunca te deja en la estocada. Nunca le agradeceré suficiente lo que hizo por mí en los instantes malos de mi vida. Es sincera, generosa, leal…

-¿Se encuentra muy nerviosa la novia?

-Lo malo ya lo ha pasado. Cuando tomó la decisión, se le quitaron los nervios. Evidentemente que tiene su ilusión porque llegue el día cinco y pueda volver a casarse pero, lo de los últimos años, se ha pasado. Ella piensa en lo positivo. Si quiere algo, va a por ello. Ha luchado por Alfonso, y lo ha conseguido. Tiene fuerza y ha recuperado su salud. ¡Fíjate que está pensando sus próximos viajes, ir al Circo del Sol, temas benéficos…! Alfonso mitiga su soledad. La quiere. Eso lo he vivido yo... Y lo vivo.

-Pero llevar el ritmo de la duquesa es complicado, ¿no?

-Sí y no. No le gusta estar parada. Si se hubiera quedado quieta cuando estuvo mala, no hubiera salido de allí. Veía la silla de ruedas y se ponía fatal pero decidió seguir adelante. Alfonso le empujó a operarse porque, en mi caso, fui más cobarde.

-¿De qué forma transcurrirá la ceremonia?

-Seguro que tranquila. Será en la capilla de Dueñas y, como todos saben, irán sus hijos, sus ex nueras, algunos familiares de Alfonso y algunos amigos. Curro será testigo y se servirá un almuerzo tipo bufé de pie con sillas para sentarse. Después la pareja saldrá a saludar a los medios y al público que se acerque al palacio a compartir su felicidad. Al fin y al cabo es la tercera boda con lo que tampoco va a invitar lo mismo igual que la primera.

-¿Sabe algo del vestido nupcial?

-Pues no lo he visto ni he querido preguntar. Ella es muy misteriosa para sus cosas y le gusta dar sorpresas. Sí supongo que será en tono pastel. Azul o rosa claro o asalmonado.

-¿Y el suyo cómo lo lleva?

-Pues no me lo he probado. Será rojo valentino, largo, con un poquito de escote -para que se le vea el encaje- y sencillo. La mantilla sí me insistió Cayetana en que fuera blanca. Debiera ser negra pero tampoco importa.

-¿Ya ha elegido su regalo?

-Un traje de Curro. Nos quedaban muy poquitos pero tenía esa ilusión y no podíamos dejarle con las ganas. Quiere prepararlo en una vitrina. De todos modos, ¿qué podríamos regalarle? Cayetana disfruta con cualquier detallito con el que sepa que te has acordado de ella.

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