Es inevitable mirarla y no recordar a esa niña pecosa, inocente y empollona de Howards, la mágica escuela de Harry Potter. Su rostro aún está relacionado al de Hermione Granger pero Emma Watson, con tesón y sobre todo paciencia, ha conseguido hacerse de su propio hueco en Hollywood. De la niña de 9 años que saltó al estrellato gracias a la saga cinematográfica de la historia creada por la autora británica J. K. Rowling queda poco. A sus 24 años recién cumplidos -nació el 15 de abril de 1990- la intérprete es en la actualidad una de las actrices más aclamadas de la meca del cine. Es innegable que Emma Watson pasa por un buen momento profesional, probablemente el mejor. Una etapa de reconocimientos y de madurez profesional. Hace unas semanas estrenó Noé, la película que protagoniza junto a Russell Crow, en la que da buena muestra de su crecimiento como actriz dando un toque de atención a los grandes directores del séptimo arte. Desde luego, un buen reclamo es, además de ejemplo de perseverancia. Una actitud que ya está dando sus frutos: Watson es una de las celebridades más aclamadas del momento y los proyectos cinematográficos se le empiezan a acumular; en 2015 participará en la próxima película del director español Alejandro Amenábar, Regression. Además este 2014 estrenará Your Voice in my heart y The Beauty and The Beast.

Hija de padres separados, Emma Watson siempre ha demostrado una gran madurez a pesar de su juventud. Le encanta el deporte, la crema de chocolate con avellanas y es una absoluta defensora del medio ambiente. Suele prestar su rostro para ayudar a los más necesitados, es amante de lo sencillo y una excelente estudiante. Así, en busca de una vida normal, decidió aparcar su carrera como actriz para matricularse en la universidad. Estudió Literatura Inglesa en Brown, carrera que perfeccionó con un curso en Oxford. Para conseguir su sueño de ser licenciada tuvo que rechazar más de un proyecto bastante jugoso pero no se arrepiente de ello. Lo mismo le ocurre en las relaciones amorosas, donde se deja llevar por el corazón sin mirar la fama o el dinero de sus acompañantes.

No obstante, si por algo destaca esta joven británica nacida en París es por su estilo único, todo un referente en el mundo. Se soltó la melena para vestir en la alfombra roja, donde es considera una auténtica gurú, y acabó cortándosela. Su look a lo garçon marcó tendencia y así con todo. Las grandes firmas se pelean por vestirla para las grandes ocasiones y marcas como Burberry o Lâncome lograron ficharla para sus campañas. Que fueron, cómo no, un rotundo éxito.