Pasarela

Elie Saab, el genio precoz que viste a las 'celebrities'

  • Nacido en Líbano en 1964, el modisto es un referente fijo dentro de la alta costura gracias a su sensibilidad para el detalle y su mezcla entre elegancia y lujo

Como Mozart, Elie Saab fue un niño prodigio en lo suyo. Desde siempre soñó con hacer bonitos vestidos, y desde los nueve años confeccionaba modelos para su hermana adolescente o los vendía a las mujeres de su barrio. En su natal Beirut, capital del Líbano, soñaba con dedicarse a la moda, y además era consciente de que algún día lo conseguiría. En 1982 Saab comenzaba a cumplir su sueño abriendo su propio taller. No corrían tiempos fáciles para el Líbano, pues se encontraba en guerra con Israel y el clima bélico no ponía nada fácil el día a día de los habitantes. Tampoco se lo ponía fácil su propio entorno social y familiar, que veía con ojos recelosos el hecho de que el pequeño Elie se estuviera convirtiendo en un diseñador: "En aquel momento, éste no era considerado un trabajo prestigioso, ni encajaba en los patrones de una carrera decente. Mi familia prefería que me labrara un futuro como doctor, abogado o ingeniero".

Desde los dieciocho años, Elie Saab se estaba curtiendo en los entresijos de la profesión de sastre y comenzaba a dominarla mientras capitaneaba a quince obreros que trabajaban en su taller. Su trabajo obtuvo una recompensa real cuando decidió presentar su primera colección a un grupo de mujeres, que rápidamente atrajeron la mirada de las princesas de Oriente Medio, verdaderas fanáticas de la Alta Costura.

El éxito estaba servido, y en poco tiempo su fama había trascendido las fronteras de su país y la marca 'ES' se estaba comenzando a formar, ayudada por las celebrities que de repente habían descubierto a un diseñador que proponía exactamente lo que toda mujer tenía que llevar si quería sentirse única. Los diseños de Elie Saab fueron y son como sentirse dentro de un sueño, y su debut en la Semana de la Moda de Roma a finales de los noventa no dejó indiferente a nadie. Le valió, además, para recibir en el año 2000 una llamada de la Cámara Sindical de la Alta Costura de París para presentar allí sus colecciones. Estaba a punto de nacer un nuevo siglo, y con él una nueva estrella.

Desde entonces, Elie Saab es un asiduo a la Semana de la Alta Costura en París, en la que año tras año conquista por sus brillos, sus tejidos suntuosos y la capacidad única que tiene para crear diseños lujosos sin caer en lo ostentoso. Es elegante, pero no aburrido; es abrumador, pero nunca se pasa. Sus años como sastre antes que como diseñador de lujo le han valido para encontrar aquello con lo que sus clientas, ahora multimillonarias, se sienten cómodas, y esto ha hecho de 'ES' una marca inigualable.

Actualmente, mantiene su taller principal en Beirut, aunque dispone de otros dos más en París y Milán. El apego que siente por su taller es el mismo que siente por su país, al que siempre se refiere con amor: "Me gusta que mi nombre vaya siempre unido al de mi país. Mi nación necesita eso, hemos pasado muchas guerras y para mí Beirut es un símbolo de fuerza. Siempre remonta, siempre sale de sus escombros". Su fuerza va unida a su país, y sus diseños lo saben.

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