Pasarela

Mafalda y el club de las cincuentonas inconformistas

  • Angelina Jolie, Scarlett, Ellen Degeneres e incluso Britney serían Mafaldas del siglo XXI También Ana Obregón, como la argentina, dice no tener arrugas.

"Tan chiquito y ya dice incongruencias" le diría Mafalda a Justin Bieber. La argentina se llevaría las manos a la cabeza a leer en las revistas y periódicos que tanto le gustan noticias sobre el canadiense, seguramente le diría que no se puede pasar por el mundo sin más sino que hay que dejar huella en él cuando se tiene tanto poder, en el caso de Bieber sobre las mentes de las quinceañeras. Pero pronto su actitud inconformista se daría de bruces con la realidad. Intentaría hacerle entender a Bieber y otras estrellas sin demasiada conciencia que "como siempre, apenas uno pone los pies en la tierra, se acaba la diversión". ¿Con resultados? Seguramente no. En realidad, Mafalda es más precoz que Miley Cyrus; hace análisis y critica desde su mundo sarcástico, pero sobre todo quiere vivir, disfrutar de ese día a día que apenas entiende.

Ya es madurita, sigue atrapada en su cuerpo de seis años pero ya ha alcanzado el medio siglo de vida. Es una señora sin arrugas, como Ana Obregón o Isabel Preysler, aunque en su caso sin ayuda de bisturí ni photoshop. Muy pocas celebrities pueden decir esto, y si no que se lo digan a Renée Zellweger... Mafalda estaría enfadada, se sentiría estafada porque no ha sido ella la mujer que ha conseguido llevar a Clooney al altar. Tendría una cuenta de Twitter con miles de followers, pero pasaría de Instagram porque no es ni de ir al gimnasio -su lazo en la cabeza no es muy cómodo para bailar zumba- ni de hacerse selfies, prefiere retratar su inmenso mundo interior. Y claro está, tampoco fotografiaría la sopa que le obliga a comer su madre. Seguramente sería periodista. O mejor aún, contertulia política de programas tipo La Sexta Noche. Su preocupación por todo lo que acontece iría in crescendo. Al pelo viene ahora su famosa frase: "lo peor es que el empeoramiento empieza a empeorar". Reflexionaría junto a su padre sobre Pablo Iglesias y, como para ella, "lo urgente no deja tiempo para lo importante" criticaría duramente a Kim Kardashian por su percepción difusa del amor estable. Odiaría a las famosas florero y entonaría su "non sono una donna a sua disposizzione" ("no soy una chica a su disposición"), la frase que un día le dijo a Silvio Berlusconi.Ni qué decir del enfado que tendría con John Galliano por sus insultos racistas y antisemitas del 2009...

Mafalda, a sus 50 años recién cumplidos (el pasado 29 de septiembre), no sería una diva. Habla 30 idiomas y más bien encabezaría el club de maduritas inconformistas y luchadoras. Con su experiencia y nivel cultural no pediría que parasen el mundo para bajarse, se lanzaría. Más que una Sarah Ferguson sería una Ellen Degeneres, admirada por quién es y cómo es, por decir lo que quiere.

Son muchos los mafaldistas, también en el papel couché. Muchas de nuestras estrellas actuales remueven conciencias sin despeinarse. Angelina Jolie, por ejemplo, sería una Mafalda del siglo XXI, en su lucha reivindicativa por la libertad y la igualdad de derechos humanos. Como Tania Llasera se siente feliz con su imagen redondita. Scarlett Johansson es, como ella, una beatlemaniaca. A Britney Spears tampoco le gusta la sopa, es más de perritos calientes, helados y patatas fritas. Y con doña Letizia compartiría esta reflexión: "¿Y si en vez de planear tanto voláramos un poco más alto?". Precisamente con la Reina acaba de coincidir para recoger su más que merecido Premios Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades de la mano de su creador Joaquín Salvador, más conocido como Quino.

"Francamente, qué haría yo sin mí", afirmó en una de sus más famosas viñetas humorísticas. No, pequeña Mafalda, ¡qué haría el mundo sin ti!

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios