Pasarela

El compromiso de doña Victoria Eugenia

  • La esposa de Alfonso XIII fue la gran impulsora de la Cruz Roja en España hace un siglo

El emblema de la Cruz Roja está unido a la Casa Real y la figura de la esposa de Alfonso XIII, la reina Victoria Eugenia, es clave para el desarrollo en España de esta institución, con la creación de hospitales o el primer cuerpo de enfermeras no religiosas surgido en nuestro país, en 1918, con la propia reina en cabeza. Doña Sofía, como princesa y después como reina, a lo largo de estos años mantuvo esa íntima vinculación con la Cruz Roja y la madre de Felipe VI da nombre a los premios Contra las Drogas que convoca la corporación solidaria. Su nuera, doña Letizia, ha estado implicada en continuar esta representación que materializa el respaldo institucional a la Cruz Roja, como se manifestó ayer un año más.

Los primeros pasos contaron con la rúbrica de Isabel II, cuando se funda la sección española por iniciativa del conde de Ripalda a partir del llamamiento internacional del filántropo suizo Henri Dunant, que sería el primer premio Nobel de la Paz. En 1864, un año después de la fundación en Ginebra, surge la Cruz Roja española. En 1870, en el advenimiento del fugaz rey Amadeo I, la duquesa de Medinaceli preside la formación de la llamada Sección Central de Señoras, bastión en el empuje a la entidad. En ese mismo año los sanitarios españoles intervinieron por primera vez, en la guerra Franco-Prusiana, y en la batalla carlista de Oroquieta, Navarra, en 1872, es cuando los médicos españoles asisten por primera vez en nuestro territorio. Ya en 1883 el equipo de una ambulancia cordobesa se destaca en el enfrentamiento del ejército español con las cábilas rifeñas.

La Cruz Roja no sólo estaba llamada a atender a los heridos de guerra, sino a ser el socorro de cuantas situaciones de emergencia surgieran. De ahí el papel fundamental de doña Victoria Eugenia para insuflar económicamente a la Cruz Roja en su red de hospitales, como los pioneros de Granada o el de Sevilla, que lleva el nombre de la Reina, y en la atención de las epidemias (gripe, cólera) que asolaban las poblaciones, catástrofes naturales y accidentes. La esposa de Alfonso XIII fomentó la creación en Madrid de la Oficina Pro Captivis durante la Primera Guerra Mundial, labor humanitaria para la repatriación de heridos y canjes de prisioneros. Desde el conflicto internacional la Cruz Roja española aumentó considerablemente su labor y la contribución de la Casa Real fue indispensable para atender a los heridos en las guerras en el Rif, que se extendieron hasta 1926. La reina de España recibió por su tarea la Gran Cruz de la Orden civil de Beneficencia y el eco de su incansable desvelo hacia la Cruz Roja fue el que hizo asumir sus responsabilidades a doña Sofía cuando llegó a España, tiempos en los que el sentimiento de cariño y reconocimiento al organismo fundado por Dunant quedaba reflejado en un popular título cinematográfico como Las chicas de la Cruz Roja.

El Día de la Banderita no es sólo cuestación, sino también la muestra de fidelidad de la familia del Rey hacia el organismo de auxilio más importante del mundo y en el que España siempre ha tenido un papel destacado.

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