Diez años ha cumplido Surrealista, la revista de moda de Raquel Revuelta, y, coincidiendo con esta festividad, la modelo y empresaria ha decidido convertir en una edición especial -ya en todos los quioscos- lo que, hasta ahora, era un simple cuadernillo (el cual se adjuntaba al formato habitual mensual coincidiendo con la celebración del Salón Internacional de la Moda Flamenca). Muy feliz por el alumbramiento, la sevillana aprovechó su comparecencia pública de ayer para hablarnos de su familia y de un corazón que, en el Día de los Enamorados, latía con más ilusión que nunca.

-Antes de nada, ¿cuál es el balance que realiza de la edición de este año del Simof?

-Más que positivo. Las expectativas se han superado en público y en colecciones y, aunque me gustaría potenciar más los puntos de venta, me siento muy satisfecha del conjunto. Estamos pensando, cara a la próxima edición, en una novedad que aún no puedo desvelar pero que pertenece a un área que vende mucho y que aún no tenía espacio en los desfiles.

-¿Cómo se logra el equilibrio entre el espectáculo y lo punible?

-Cada uno posee un estilo diferente y entiendo que, en la diversidad, está la riqueza. Algunos son más rocieros, otros más trasgresores… Vicky Martín Berrocal, por ejemplo, es más de noche. Sea como sea, tiene que haber un surtido amplio (a pesar de que resulta complicado mantener ese equilibrio que mencionas). En ocasiones se confunde la imagen con la de los trajes del Sur de América pero, en cualquier caso, debemos ser valientes.

-Parece que cada vez se presentan menos famosos sobre la pasarela, ¿no?

-En realidad, yo quisiera que sólo participara la modelo popular que nosotros invitamos pero entiendo que, cada diseñador, mantenga esa parcela de libertad para, en su pase, hacer lo que le apetezca.

-El caso es que, por si tenía poco trabajo, se mete ahora en esta publicación…

-Más horas no van a ser porque no es posible. En todo caso, más actividad, sí. Es como un sueño hecho realidad. La cola que había para comprarla en el Salón -y lo bien que está funcionando en ventas-, me llena de alegría.

-Su hija mayor, Claudia, tiene 15 años… ¿Le pide consejo sobre proyectos como éste?

-Sí. Sobre esto y, en general, sobre todo. Cómo me visto, qué le parecen los distintos frentes que tengo abiertos… Es muy curiosa y se implica mucho conmigo.

-¿Se parece a usted?

-Me veo reflejada en ella porque es mujer, por supuesto, pero, como la raza se va superando, ha ido transformándose en una versión mejorada de mí.

-¿Qué le diría, aprovechando lo de San Valentín, sobre el amor?

-Que es una experiencia maravillosa. Siempre la animaré y la incitaré a vivirla porque, para mí, estar enamorada es uno de los estados ideales. No sólo por lo a gusto que te encuentras sino por lo bueno que trae consigo.

-¿Celebra la festividad de Cupido?

-Bueno, cuando era más joven sí que me hacía más ilusión pero, en estos momentos, no le echo tantas cuentas.

-¿Tiene algún regalo preferido?

-Detallitos que me sorprendan. Algo especial que no tiene por qué ser necesariamente caro. Que se lo curren, vaya (risas)…

-¿Ha recibido algún presente para conmemorar esta fecha tan romántica?

-No sé (sonríe)… Hasta este instante, no. Ni me han preparado nada, ni yo he preparado nada tampoco pero, ¿quién sabe? El día es muy largo…