Provincia

La labor minuciosa de los voluntarios logra salvar documentos tras el fuego

  • Técnicos del Instituto Andaluz de Patrimonio y de la Diputación acudirán mañana al municipio

Una hecatombe documental. El incendio declarado en la madrugada del pasado jueves el Ayuntamiento de Los Palacios ha destruido el archivo municipal y ha calcinado prácticamente toda la documentación. No obstante, la labor emprendida desde el primer momento por el archivero municipal, Julio Mayo Rodríguez, ha permitido recuperar ya una parte de los libros y legajos gracias a una eficiente y rápida actuación.

Los documentos históricos de más valor están a salvo. En concreto, el Libro del Becerro, una joya del siglo XVII que ya está en una caja fuerte de una entidad bancaria, y cuatro libros más que datan del siglo XVIII. Y, además, ya hay otros fondos contemporáneos que se podrán recuperar, según informó ayer el archivero.

Después de que la Policía Científica concluyese su trabajo en el edificio siniestrado y autorizase la entrada del personal municipal, la documentación ha ido rescatándose de entre las cenizas y se ha trasladado a una nave de propiedad municipal. Sobre este aspecto, Mayo aclaró que en ningún caso las cubas con papeles se están llevando a un vertedero, como informó por error el Ayuntamiento. En dicho local, los documentos son recopilados bajo la dirección del archivero, que cuenta con el apoyo de un grupo de voluntarios.

El trabajo es muy delicado. En un primer momento se va clasificando el material: por un lado el calcinado y por otro lado el menos dañado o reintegrable. "En los dos casos se puede recuperar, según el grado de deterioro", explica Mayo. Posteriormente, el proceso es muy minucioso, pues se trata de ir colocando papeles secantes en cada hoja para absorber toda la humedad y consolidar el documento.

Los tomos se van colocando en el suelo de una nave de 3.000 metros cuadrados para que se ventilen adecuadamente. La encomiable labor desarrollada por Mayo y su equipo de voluntarios ha permitido recuperar ya varios archivos de valor. En concreto, los libros de actas de la Transición democrática y otros de la postguerra. El archivero está actuando según las directrices marcadas por los archiveros de la Diputación de Sevilla en caso de hecatombe documental. El tiempo, en este caso, juega a la contra y esperar al refuerzo de personal por parte de esta administración hubiera supuesto perder ya gran parte de los fondos. "Harían falta más de cincuenta archiveros de toda España, pero a falta de eso, hemos intentado buscar una alternativa", explica Mayo.

El equipo ha conseguido también salvar la fototeca municipal. Este material estaba más protegido por fundas plásticas, lo que ha permitido que se compacte por fuera y se evite un daño mayor. El archivo está informatizado desde los años 90, por lo que existe mucho material correspondiente a las dos últimas décadas a salvo en otro formato.

Mañana lunes una delegación de técnicos del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico y de la Diputación de Sevilla se trasladará hasta el municipio para revisar las labores y coordinar el trabajo ya iniciado.

Mientras tanto, la investigación sigue su curso y los servicios municipales se trasladarán en los próximos días a otras dependencias para abrirse de nuevo al público.

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