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El protocolo que sirvió para hallar a Paula

  • Interior creó un sistema de búsqueda de personas desaparecidas tras el caso de Marta del Castillo

La Policía Nacional ha resuelto con éxito esta semana el caso de Paula Díaz Muñoz, la joven de 16 años que se marchó de su casa de San Juan de Aznalfarache el pasado lunes y fue hallada sana y salva en Granada tres días después. Para ello ha sido clave el protocolo de búsqueda de menores desaparecidos, creado en mayo de 2009, apenas cuatro meses después del asesinato de Marta del Castillo. Este protocolo viene a plasmar por escrito una serie de normas que los policías ya aplicaban, pero que ahora se siguen a rajatabla cada vez que se denuncia la desaparición de un menor de edad.

Las denuncias por desaparición son bastante frecuentes, si bien la mayoría de ellas son casos que se resuelven en pocas horas con la vuelta del menor a casa. El caso de Paula Díaz ha sido algo más prolongado en el tiempo pero la chica fue encontraba en buen estado de salud. Sólo estaba algo desorientada tras haber pasado tres días y dos noches fuera de su casa.

Tras la muerte de Marta del Castillo, el Ministerio del Interior creó una base de datos de personas desaparecidas y cadáveres sin identificar, que comparten tanto las Fuerzas de Seguridad del Estado como otros cuerpos policiales de España (Mossos d'Esquadra, Ertzaintza y Policía Foral de Navarra). Además, se diseñó un sistema de alerta inspirado en el modelo Ambar implantado en EEUU.

En España recibe el nombre de Sadar (Sistema de Alerta por Desaparición de Alto Riesgo). Consiste básicamente en la difusión masiva de imágenes de los desaparecidos a través de los medios de comunicación y en potenciar los llamamientos a la colaboración ciudadana. El Sadar también permite enviar mensajes hacia fuera de las fronteras del país, sobre todo en aquellos casos en los que se tengan sospechas de que el desaparecido haya salido de España.

A estas medidas se le añade otra que no ha sido necesario activar en el caso de Paula Díaz. Se trata de la puesta en marcha de un número de teléfono, el 116000, exclusivo para casos de niños desaparecidos. El teléfono está gestionado directamente por las Fuerzas de Seguridad y a él pueden llamar todas las personas que tienen alguna información relevante sobre el paradero.

En las comisarías de la Policía Nacional y cuarteles de la Guardia Civil existe un modelo de denuncia de persona desaparecida, de forma que, una vez presentada, ésta se integra directamente en la base de datos nacional. En el registro se cotejan los datos de los desaparecidos con los de los cadáveres encontrados que todavía no han podido ser identificados. En caso de posibles coincidencias, se envían alertas a las unidades de la Policía Científica y Criminalística. En esta semana no se ha hallado ningún cuerpo sin documentación en Sevilla, de ahí que este trabajo no haya sido necesario en la investigación de Paula Díaz.

Otra de las novedades introducidas en el protocolo es la notificación de los datos del desaparecido a todas las patrullas del servicio. Si el denunciante aporta una imagen de la persona desaparecida, ésta será remitida en ese momento no sólo a las unidades de la Policía Nacional o la Guardia Civil, sino también a las policías autonómicas y locales.

La desaparición se comunica inmediatamente, y no pasadas unas horas, a la unidad de Policía Judicial competente en cada caso. Es decir, una denuncia por desaparición de una adolescente como la de San Juan pasa al Grupo de Menores -y también al grupo de Policía Judicial de la comisaría de este municipio- en ese instante, sin que haya que esperar a la mañana siguiente o al lunes si la fuga hubiera ocurrido durante el fin de semana.

La denuncia también se incluye a nivel nacional en la base de datos de señalamientos nacionales y a nivel europeo en el sistema de información del espacio Schengen. Esto fue clave para que los policías de Granada que identificaron a la menor supieran que se trataba de ella sin ningún género de dudas, y de que sobre ella pesaba una orden de búsqueda.

Interior otorga una especial prioridad a los casos de menores, que califica siempre de alto riesgo, con independencia de la presunta voluntariedad o no de la desaparición. En los casos de mayores, se califican de alto riesgo aquellos en los que la desaparición parece forzosa y existan indicios de un posible secuestro o de peligro para la vida de la persona. También son de alto riesgo los casos de discapacitados, ancianos, enfermos, víctimas de la violencia de género, personas en tratamiento médico o personas violentas cuya desaparición puede constituir un peligro para la integridad física de terceros.

En todos los casos de alto riesgo, la Policía realiza inspecciones oculares del lugar o lugares relacionados con el caso y establece las directrices del eventual dispositivo de búsqueda. Paralelamente, la Policía Científica cumplimenta el formulario internacional de datos sobre personas desaparecidas de la Interpol. También se remite la información a todos los cuerpos policiales, al Centro Permanente de Información y Coordinación (Cepic) de la Secretaría de Estado de Seguridad, a la Delegación o Subdelegación del Gobierno correspondiente y a los puestos fronterizos y controles aduaneros. Dependiendo del caso, se valora la conveniencia de emitir una altera internacional y de establecer una célula de seguimiento.

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