La Guardia Civil continúa buscando el arma con la que fue asesinado este lunes Mohamed, un magrebí de 35 años que recibió al menos dos disparos en el pecho en El Coronil. Los investigadores detuvieron este lunes a dos personas presuntamente relacionadas con el crimen y buscan a una tercera, mientras siguen tratando de averiguar cuál de los sospechosos fue el autor material de los disparos. Todo apunta a que el móvil del homicidio pudo ser un ajuste de cuentas relacionado con el tráfico de drogas. 

Los hechos ocurrieron sobre las doce y media del mediodía de este lunes en la calle Corredera, donde residía la víctima. Mohamed recibió un primer disparo en esta calle y trató de huir corriendo hacia la zona del castillo. Sus perseguidores le dieron alcance en un patio de vecinos que hay en el interior del recinto amurallado. Allí le dispararon de nuevo y lo dejaron malherido antes de huir. Algunos testigos vieron a dos personas correr hacia una pila situada unos metros más abajo, donde, según el relato de los testigos, se habrían lavado las manos y la ropa, que llevaban manchada con sangre de la víctima. 

Mientras, en el patio del castillo, Mohamed sangraba abundantemente y agonizaba. Nati, una joven socorrista del pueblo que reside muy cerca del lugar donde ocurrieron los hechos, trató de auxiliarle y llamó al 112. "Estaba sangrando a borbotones por la boca. Yo soy socorrista y traté de practicarle unos primeros auxilios. Le tomé el pulso y ya casi ni tenía. Llamé al 112 y me decían que tratara de hacerle una RCP (reanimación cardiopulmonar), pero ya estaba muerto", explicó la mujer, aún sobrecogida por lo ocurrido. "Llevaba un tiro en el pecho y otro que no llegué a verle dónde le había alcanzado, algo más abajo. Creo que posiblemente una bala le perforó el pulmón y por eso sangraba tanto por la boca". 

Una patrulla de la Guardia Civil se presentó instantes después en el lugar de los hechos y comprobó que el hombre estaba ya muerto. El equipo de Policía Judicial de este cuerpo abrió una investigación para tratar de encontrar a los presuntos autores del crimen. Los testigos describieron a los sospechosos como dos hombres, de aspecto magrebí, uno de ellos calvo, y vestidos con chaquetas de cuero negro y naranja, que presuntamente habían huido en un vehículo de color rojo. Luego se subieron a un autobús de línea, donde fueron detenidos por la Guardia Civil en la carretera A-376, a la altura de la urbanización La Galbana, en el término municipal de Alcalá de Guadaíra. 

Los dos arrestados permanecían a la hora de cierre de esta edición en las dependencias de la Guardia Civil, a la espera de que se les tome declaración. Los investigadores creen que puede haber una tercera persona implicada en el crimen, que se haya deshecho de la pistola con la que se efectuaron los disparos. Varios agentes de la unidad de Criminalística de este cuerpo revisaron este lunes la pila en la que los sospechosos se lavaron las manos y la ropa, para comprobar también si habían arrojado el arma por las inmediaciones. 

Las primeras investigaciones apuntan a que el móvil del crimen está relacionado con el tráfico de drogas. Mohamed llevaba años viviendo en El Coronil, pero no se le conocía oficio. Algunos vecinos aseguran que trabajaba muy esporádicamente en la construcción y en el campo. Muchos lo conocían porque coincidían con él en el gimnasio del pueblo. 

Mohamed no tenía familia en El Coronil, pero sí estaba muy vinculado a la ex mujer de su primo, a cuyo hijo llevaba a diario al colegio y que este lunes era la única que lloraba su muerte mientras esperaba el levantamiento del cadáver. Una amiga de esta mujer aseguró este lunes a este periódico que la noche del domingo se presentaron en casa de Mohamed dos personas y que éste decidió pasar la noche fuera. A la mañana siguiente regresó a su vivienda, de alquiler y situada en la calle Corredera, y fue allí donde se inició la discusión que derivó luego en el tiroteo.