El Ministerio de Fomento saca al fin a concurso el contrato de obras del desdoble del tramo de la antigua N-IV que une Dos Hermanas y Los Palacios. El Gobierno responde así, el último día de la campaña electoral, a una histórica reivindicación de toda la comarca del Bajo Guadalquivir. 

El proyecto, que ha sido licitado por más de 66,5 millones, cuenta con nueve millones de euros de los Presupuestos Generales del Estado y tiene un plazo de ejecución de 36 meses, según el anuncio publicado ayer en el Boletín Oficial del Estado. Las empresas interesadas tendrán hasta el 13 de julio para presentar sus ofertas. 

"Ya era hora", manifestaba ayer la presidenta en funciones de la Junta, Susana Díaz, tras conocer la noticia: "Bien está hecho lo que llega aunque sea tarde y en un día tan señalado", sólo dos antes de las elecciones municipales, algo que la presidenta tildó de "llamativo". 

El delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, por su parte, niega que la publicación en el BOE de esta noticia a pocas horas del cierre de la campaña electoral responda a intereses electoralistas: "Es una buena noticia haya o no elecciones". Sanz destaca que esta licitación reafirma el "compromiso" de la ministra de Fomento, Ana Pastor, con Andalucía. Una opinión que comparte el parlamentario del PP de Sevilla, Jaime Raynaud: "Una vez más, el Partido Popular cumple con la provincia de Sevilla y los sevillanos", apunta. "Como siempre, el Gobierno del PP es el que ha puesto las soluciones encima de la mesa con este problema". 

Pero, de momento, este desdoble sólo se centrará en el tramo de Dos Hermanas a Los Palacios, unos 8,4 kilómetros, y no en toda la carretera que une Sevilla con Cádiz, como recuerda el alcalde de Los Palacios y Villafranca, Juan Manuel del Valle (IU), quien muestra una satisfacción "parcial" ante la noticia: "Estamos de enhorabuena. Sin la presión de los vecinos y los medios esto no se hubiera conseguido. Pero el Gobierno no se ha pronunciado sobre la bonificación del 100% del peaje para los vecinos", apunta . "Ahora vendrán tres años de obras que provocarán complicaciones en el tráfico y aumentarán la peligrosidad de la carretera". Asimismo, el edil considera que el Gobierno debería haber aprobado para 2015 una partida presupuestaria mayor, y "no dejar la mayor inversión a expensas del próximo Gobierno", que puede ser de otro color político. 

La carretera nacional que une Sevilla y Cádiz lleva años siendo la más peligrosa de España y el goteo de muertes continúa siendo incesante. La noche del pasado viernes 15 de mayo murieron dos mujeres en un choque frontal entre dos turismos, en el tramo de la carretera que discurre por el término municipal de Utrera. Trece días antes, el 2 de mayo, falleció un motorista en la misma vía, a la altura de El Cuervo. En total son cinco las personas que han perdido la vida en esta carretera en el último año. Desde 2001, el número de víctimas mortales que se ha cobrado la N-IV se eleva ya a 96. 

La ministra de Fomento, Ana Pastor, anunció el pasado mes de septiembre que la licitación del desdoble de la N-IV estaría en marcha en marzo de 2015. Pero la fecha prometida pasó de largo y todo hacia pensar, hasta hoy, en una congelación del proyecto por enésima vez. 

Por esta carretera pasan a diario más de 40.000 vehículos, una cifra que en verano se incrementa por el número de personas que se dirigen a las playas de Cádiz. Además, el aumento en los últimos años del precio del peaje ha derivado también bastante tráfico a la N-IV. 

El firme está en buen estado y la señalización también, pero presenta varios puntos negros. Uno es la larga recta entre Los Palacios y Lebrija, donde se han registrado numerosos accidentes por salidas de vía, casi todos causados por el exceso de velocidad o por despistes de los conductores. Es un sitio en el que más de un conductor se ha quedado dormido al volante. Otro punto conflictivo es la entrada a Los Palacios desde Dos Hermanas. Muchos de los siniestros se producen por adelantamientos y por exceso de velocidad. También en el tramo de la provincia de Cádiz se han registrado numerosos accidentes graves, con más de veinte muertos desde 2002 hasta hoy. 

La elevada siniestralidad llevó al Gobierno central a plantearse la ampliación de la carretera en el año 2006. Se redactaron entonces los correspondientes estudios informativos y proyectos técnicos, incluidas las primeras expropiaciones. El proyecto, sin embargo, se desvaneció como consecuencia de la crisis económica. Nueve años después, Fomento ha retomado el asunto, pero lo está haciendo a una velocidad mucho más lenta de la esperada por quienes se ven obligados a circular habitualmente por esta carretera. 

Atrás ha quedado también el plan anunciado por Fomento para retirar los camiones de la N-IV. El Gobierno apuntó el año pasado que obligaría a los vehículos pesados a pasar por la autopista de peaje, la AP-4, ofreciendo descuentos a los camioneros. Sin embargo, a principios de año, el departamento presidido por Ana Pastor ya matizó que esta propuesta estaba incluida dentro de un plan nacional que afectaría a varias carreteras y que no se aplicaría todavía en la N-IV, pese a que en un primer momento se anunció que los camiones dejarían de pasar por la N-IV en el mes de abril de 2015. Por el momento, el tráfico pesado sigue circulando sin ninguna restricción por la carretera nacional. 

En las escasas ocasiones que la ministra se ha referido al problema de la N-IV, se ha mostrado partidaria de no ampliar la carretera nacional y sí de esperar al final de la concesión de la autopista de peaje AP-4, que expira el 31 de diciembre de 2019. Hace tres años, Pastor dijo que, mientras ella sea ministra, el Gobierno no prorrogará el peaje Sevilla-Cádiz. Así, la autopista sería gratis en 2020, una medida mucho más barata que duplicar la N-IV. Sin embargo, a la hora de negociar la bonificación del peaje, el Gobierno se ha encontrado la exigencia de la concesionaria, que acepta asumir la rebaja pero pide la prórroga de la concesión. 

Desde hace un año, el alcalde de Los Palacios envía a la ministra de Fomento una corona de flores por cada muerte que se registra en la carretera, en un gesto claramente inspirado en las esquelas que los alcaldes de la Ruta de la Plata enviaban al Consejo de Ministros cada vez que ocurría algún siniestro en la vieja N-630. Ésta fue, hasta la construcción de la A-66, la carretera más peligrosa de España, un dudoso título que ya ha pasado a manos de la N-IV.