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Paradas

Un párroco niega a un homosexual ser padrino de bautizo de su sobrina

  • El sacerdote justifica su negativa en la "exhibición pública" de la condición sexual del joven, muy vinculado a la parroquia.

"La negativa no obedece a su condición sexual, sino a la exhibición pública de su homosexualidad". Con estas palabras, Francisco Javier Aranda, párroco de la iglesia de San Eutropio, en Paradas, reconocía el motivo de su oposición a que Alejandro Rodríguez Portillo, un utrerano de 30 años, sea el padrino del bautizo de su sobrina. Este sacerdote se basa en la "doctrina de la Iglesia" y es consciente de que dicho asunto generará una gran polémica, como ya ocurrió con el caso del transexual al que el Obispado de Cádiz le negó la posibilidad de ser padrino. 

El teléfono en la parroquia de San Eutropio no ha dejado de sonar desde que Rodríguez Portillo denunció su situación en las redes sociales. El sacerdote Aranda responde con toda educación a los medios de comunicación y se reafirma en su postura: "A nadie se le niega ser padrino por su homosexualidad, siempre que no la haga pública". Aunque semejante aseveración pueda ser calificado de "hipócrita", este presbítero se apresura a recordar que "sólo" cumple "con la doctrina de la Iglesia". "Su función como padrino es contraria a los postulados católicos", recuerda Aranda, quien cuando se le pregunta por su edad afirma que dicho dato resulta "irrelevante". 

Este sacerdote, según la guía diocesana, nació en 1973 y fue ordenado en 2003. Estos cuatro últimos años ha estado al frente de la parroquia de San Eutropio, en Paradas, un templo bastante frecuentado por el joven al que le ha negado la posibilidad de ser padrino. "Es muy buena persona, feligrés de la parroquia, a la que acude con frecuencia", comenta este párroco, quien añade que tras el encuentro -al que el citado joven acudió con su pareja- abrazó a Rodríguez Portillo "porque realmente me daba pena de darle tal respuesta". 

Según Aranda, el vicario de la Zona Este, Diego Pérez, ya está al corriente de este caso. "Yo mismo le indiqué al joven a qué instancias tenía que acudir si quería que su caso prosperase", señala el sacerdote, que es consciente desde aquel encuentro de la polémica que se iba a desatar: "Lo sé, pero es lo que establece la Iglesia". Cuestionado por el aperturismo del papa Francisco a ciertos colectivos, se muestra también tajante: "El Santo Padre no va a cambiar lo que establecen las Sagradas Escrituras". 

En el Arzobispado ya están enterados de este asunto que promete acaparar más titulares los próximos días. Según fuentes consultadas por este periódico, en la curia sevillana "siempre se tiene muy en cuenta el discernimiento que realiza un párroco sobre la idoneidad de una persona para ser padrino". No obstante, están a la espera de que Rodríguez Portillo envíe una carta exponiendo su caso. 

Todo este revuelo se ha creado a raíz de que este treinteañero hiciera pública en su perfil de Facebook la negativa de Aranda a que sea padrino de su sobrina. Una "ofensa" que, según Rodríguez Portillo, ha recibido de alguien al que consideraba "una persona razonable y cabal". 

El joven nos remite a dicho escrito. "Estoy saturado. Llevo todo el día atendiendo a los periodistas", responde este utrerano. En su protesta asegura que "es creyente, practicante y que vive en una comunidad cristiana". Aunque en ningún momento aclara si recurrirá al Arzobispado, mantiene que "Dios seguro que no está de parte de este tipo de personas que esconden su condición sexual tras una sotana y presumen de predicar lo que ellos han inventado. Algo que ni el Altísimo ni la Virgen (en los que yo sí creo) comprenderán nunca". Rodríguez Portillo pide a la curia que se preocupe "por los problemas de peso y dejen vivir en paz a la humanidad. Eso sí es lo que Nuestro Señor quiere, sin importarle la raza, el color o la orientación sexual de cada uno".

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