TIEMPO El tiempo en Sevilla pega un giro radical y vuelve a traer lluvias

José Antonio Díaz. Presidente del comité de empresa de Portland Valderrivas en Alcalá

"La vía judicial se puede dilatar unos cuatro años y no sabemos si podremos resistir"

-¿Comprenden el rechazo que el proyecto de valorización de residuos ha suscitado en el entorno?

-Hay desconocimiento. En los años 80 la basura era una bolsa en el vertedero, en los 90 se inició el proceso de reciclaje y el concepto de residuo ha cambiado. El orgánico se descompone, pero el no orgánico puede tardar siglos. Ahora, en la fábrica se quema coque de petróleo, que contamina como si fueran los coches. Para fabricar cemento se requiere un alto poder de combustión, mucha temperatura, que hace que el combustible a base de residuos no peligrosos que se use no dañe ni se lancen partículas al aire. Al lado está el crematorio, una actividad que puede ser más tóxica y no se cuestiona. De 33 fábricas de cemento que hay en España, 29 tienen este sistema y de las cuatro que no, una es la de Alcalá de Guadaíra. Nuestra inquietud es porque el mercado ha cambiado, las empresas se han centrado en la exportación, el coque del petróleo es caro y no vamos a competir con los precios. Eso puede derivar, casi como un mal menor, en otro ERE o en que se pare la mitad de la fábrica.

-Es poco frecuente que la plantilla y la dirección de la empresa se hayan movilizado al unísono. ¿Qué les ha dicho? ¿Les están presionando con la pérdida de empleos? ¿En qué momento?

-Se puede interpretar que servimos a los fines de la empresa, pero como comité de empresa manejamos datos de compras, ventas y gastos. Ahora hay un buen contrato de suministro de coque de petróleo y estamos tirando con eso. Pero la realidad es que si no se reducen los costes en combustible no seremos competitivos. Eso podría derivar en el parón de la mitad de la empresa (la que fabrica el clinker con el horno, se compraría éste fuera para culminar el proceso en Alcalá), con lo que supondría de la pérdida de empleo. En cualquier caso, la empresa será menos viable en un año o año y medio, no lo sabemos con exactitud.

-¿Confían en que, aunque sea por la vía judicial, el proyecto salga?

-El problema de esa vía es que se puede dilatar unos cuatro años y no sabemos si podremos resistir. Hay otras cementeras que usan residuos como combustible alternativo casi a coste cero. Esa tardanza jugaría en nuestra contra, porque el futuro es incierto.

-¿Han podido reunirse ya con los responsables políticos a los que han pedido cita?

-Nos hemos reunido con el Grupo municipal del PP y el de Ciudadanos (los únicos que se abstuvieron en la votación para cambiar el PGOU). Estamos pendientes de hacerlo con la alcaldesa, que no nos ha recibido por problemas de agenda, para trasladarle la promemática. Ya dieron permiso para unas obras similares y el cambio que se ha impulsado se basa en datos ficticios. Además, se están manipulando muchas cosas. Así, se llegó a decir que un escape de polvo llegó al centro comercial que hay en la zona, pero los técnicos de Medio Ambiente corroboraron que fue una nube de polen.

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