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Melchor sólo hay uno

  • El desfile nazareno discurrió con rapidez · Manuel Marchena, tras descartarse su salida en Sevilla, encarnó al primer mago y pidió proyección política para Monteseirín y Toscano

Una de las más rápidas que se recuerdan. Así fue la cabalgata de los Reyes Magos que desfiló ayer por más de 30 calles de Dos Hermanas en una tarde en la que la lluvia finalmente respetó las ilusiones de los más pequeños. Los protagonistas fueron los niños y, en otra escala, el rey Melchor, que no conocía la cabalgata nazarena pero llegó cargado de ilusión para repartir mucha salud y mucho trabajo. El mago que abre el cortejo real fue encarnado por Manuel Marchena. El consejero delegado de Emasesa y vicepresidente de la Agrupación de Interés Económico del Ayuntamiento hispalense cambió su papel en la Cabalgata del Ateneo de Sevilla, que decidió no otorgarle la corona por su imputación en el caso Mercasevilla, por uno idéntico en el cortejo de Dos Hermanas. "No echo de menos haber salido como Melchor en la capital porque este rey es sólo uno, lo que pasa que se encarna en muchos sitios y estoy absolutamente orgulloso y encantado de salir en Dos Hermanas", comentó Marchena mientras se ajustaba su traje en los minutos previos a la salida del cortejo.

Muy metido en su papel de majestad, Marchena dijo que como rey le traería al alcalde de Dos Hermanas "una reelección como alcalde en las elecciones municipales de mayo", y al primer edil de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, "que tenga un futuro de gran proyección política", algo de lo que el consejero de Emasesa se mostró muy seguro.

Así se pronunció el rey Melchor en la intimidad de los últimos minutos antes de la salida de las carrozas. El cortejo real partió desde la calle Arroz veinte minutos antes de lo previsto, a las 17:40, con prisas, para evitar un posible chaparrón. Al público se le hizo muy corto el paso de sus majestades y la veintena de carrozas cuya temática giraba este año alrededor de los medios de transporte que van por tierra, mar y aire.

A las 16:30 en el interior del Ayuntamiento nazareno, los tres reyes magos de este año, Manuel Marchena, Jaime Fornet y Francisco Calderón posaron ya ataviados como magos. A las 17:00 los Reyes salieron al balcón del Consistorio para saludar a las decenas de personas que los esperaban allí, entre los que se encontraban nazarenos muy conocidos como Los del Río o el coplero Manuel Lombo. Una vez que sonó el himno de Andalucía y de España, cada rey subió a un coche de caballos y se dirigieron hasta las carrozas.

Cientos de personas se agolpaban a la salida de la calle Arroz, la mayoría, niños que esperaban ansiosos con sus bolsas para coger el mayor número de caramelos, aunque desde las carrozas se lanzaron menos dulces que otros años. Paraguas al revés, bandas de música, gigantes y cabezudos y 150 beduinos que no pararon de repartir caramelos. Melchor fue el primero en el ránking en lanzamiento de golosinas pero Baltasar, un clásico, desató la locura entre los más jóvenes y los que no lo son tanto. Una vez más se demostró que es el rey más querido entre los jóvenes nazarenos. Pero, al igual que Gaspar y Melchor, Baltasar sólo hay uno.

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