La Fiscalía de Medio Ambiente de Sevilla ha pedido una condena de un año y nueve meses de prisión para la propietaria de un bar por los ruidos "excesivos e intolerables" del establecimiento y que provocaron un gran estrés en una pareja que residía encima del local.

El Ministerio Público recoge en su escrito de conclusiones provisionales que la acusada, R. M. F. V. regentó entre los años 2008 y 2010 un establecimiento en Esquivel, una pedanía de Alcalá del Río, donde a pesar de que la licencia concedida para la actividad era la de cafetería sin cocina ni música, realmente se trataba de un bar. En el local se ponía "música a elevado volumen" que procedía de dos televisores sin limitadores acústicos, además causar otros ruidos en la vía pública procedentes de los veladores que instalaba y de los equipos de aire acondicionado.

La Fiscalía señala que la calificación urbanística de la zona impedía la actividad de bares con música, por ser de uso residencial para viviendas unifamiliares. Encima del bar residía una pareja que, según la acusación pública, "se vieron expuestos continuamente a ruidos excesivos e intolerables" y todo ello a pesar de que la acusada "conocía las graves molestias" y las repetidas inspecciones de la Policía Local.

En el dormitorio de los vecinos se detectó una inmisión de ruidos de 34,2 decibelios, cuando el límite reglamentario era de 30, y la emisión de las fuentes de ruido del bar también superaban los límites legales. Como consecuencia de esta actividad, la pareja -que en la vía civil ha sido indemnizada con 3.000 euros- sufrió una situación de "intenso estrés", con un cuadro ansioso depresivo que requirió tratamiento farmacológico.

La Fiscalía imputa a la dueña un delito contra el medio ambiente y dos delitos de lesiones, por los que pide un año y 9 meses de cárcel.