Betis - Numancia · la crónica

Rubén Castro vale doble (2-1)

  • Dos goles del delantero otorgan el triunfo ante el Numancia a un Betis demasiado a la defensiva. A los verdiblancos les cuesta generar fútbol aunque sí disponen de ocasiones.

Cuando al final de la pasada temporada desde algunos foros se puso en cuestión la necesaria continuidad de Rubén Castro, los hombres de fútbol del club verdiblanco, comenzando por un recién llegado Alexis Trujillo, atajaron cualquier discusión y colocaron como prioritaria la renovación del canario. En apenas dos encuentros, Rubén ha dejado en buen lugar a los entendidos y su sola presencia ha servido para cambiarle el rumbo a los partidos. Desde la banda izquierda, como al comienzo del encuentro, o más cerca del área, como en el segundo tiempo, el canario es el factor desequilibrante de este Betis y ayer con su doblete se bastó para dejar los tres puntos en el casillero bético. 

Con Rubén todo es más fácil. Eso también lo pensará Julio Velázquez, que respiró aliviado cuando vio al canario estampando su firma en un nuevo contrato. En apenas cinco minutos, el canario había adelantado al Betis en el marcador, al superar con un toque con la zurda la salida de Biel Ribas, tras un magnífico pase por dentro de Cejudo, que rompió las líneas numantinas. No sólo en su faceta goleadora aparece Rubén. Si en Sabadell participó en los tres goles, ayer de nuevo se convirtió en asistente para dejar a Jorge Molina delante de la portería rival, aunque el remate del alcoyano se encontró con un inspirado Biel Ribas, que también desbarató otros dos remates del canario. 

Los chispazos de Rubén sacaban de la apatía al Betis, que sólo generaba fútbol cuando la presión surtía efecto con la recuperación de balón en campo rival. En ataque posicional, a los de Velázquez les costaba desbordar el sistema defensivo colocado por Anquela. El vallisoletano, como a él le gusta denominarse, optó por blindar al equipo con Xavi Torres y Reyes, como realizase ante el Sabadell, y éstos apenas conectaba con Matilla para darle velocidad al juego. 

Con este Betis espeso en su fútbol, pero con ocasiones para abrir más distancia, llegaría el empate. Isidoro, convertido en especialista en saques de banda, metió uno dentro del área y la prolongación de Gerrit dejó la pelota en el corazón del área, donde Palanca fue el más listo para adelantarse a Álex Martínez y superar a Adán en su tardía salida. En el primer acercamiento soriano, los de Anquela devolvían el partido a la igualada inicial, lo que provocó que el cortocircuito del Betis fuera en aumento. 

A ese cúmulo de despropósitos también ayudaron desde el banquillo. Molinero, que había recibido un codazo de Palanca, se salió a la banda para colocarse una tercera camiseta, que no llevaba su nombre y con la que se hizo una chapuza para que el mismo se leyera debajo de otra. Con los árbitros prohibiendo el acceso al campo del lateral, Velázquez decidió dar entrada a Nono, realizando el segundo cambio -Casado entró antes por un lesionado Álex Martínez- justo antes del descanso. 

Con la entrada del canterano, el equipo verdiblanco recuperaría sensaciones tras el descanso. Entre Nono y Matilla, que ahora retrasaba su posición para darle salida a la pelota, el Betis sí se convirtió en dueño del partido, aunque sólo Cejudo inquietó a Biel Ribas. El Numancia ya sí se encerraba descaradamente en su campo, a la espera de hacer suyo un punto, lo que provocó que Velázquez metiera a Rennella en lugar de Jorge Molina, intentando que la capacidad de remate del francés rompiera definitivamente el partido. 

No sería de esa forma, pero la corpulencia de Rennella fue decisiva. Gaffoor se obcecó en la marca sobre el delantero bético y en un centro de Cejudo aparentemente sin peligro lo derribó de manera inocente. Muñoz Mayordomo, quizá influido por el ambiente que se generó en Heliópolis con más de 30.000 personas en la grada, no dudó en señalar penalti, como tampoco lo hizo Rubén Castro, quién si no, en coger la pelota. 

El lanzamiento del canario, con potencia y altura, fue imposible para el meta visitante. El Betis, ahora sí, cogía ventaja para manejar el encuentro. Incluso el marcador pudo ser más amplio si el remate de Nono, a otra asistencia de Rubén, se hubiera dirigido unos centímetros más al lado, pero el portuense se encontró con el poste cuando ya casi celebraba el tanto. Con más tensión por el exiguo resultado que por los méritos numantinos, el Betis acabó sufriendo, pero los tres puntos ya tenían dueño en Heliópolis. 

Velázquez, que se permitió el lujo de no sacar al campo a N'Diaye, que tampoco jugará la próxima semana al marcharse con Senegal, se estrenó con victoria como local, aunque en su libreta quedarán anotaciones suficientes para que el análisis del partido deje también conclusiones negativas. Como el Numancia llegarán casi todos los rivales al Benito Villamarín, donde el Betis debe asumir el protagonismo con el balón, más allá de que no se pretenda descuidar la parcela defensiva. Eso sí, con un Rubén Castro tan enchufado como el que se ha encontrado en este comienzo de campeonato, el técnico lo tendrá mucho más sencillo para encontrar una fórmula que añada fútbol a los necesarios puntos para el ascenso.

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