Deportes

El entorno no cesa en su presión para colocar a Serra

  • El consejo, dividido con la figura del mallorquín, quien sólo aceptaría un cargo remunerado.

La primera crisis deportiva ha motivado que el entorno del consejo de administración y de la propia juez Mercedes Alaya, es decir, ese grupo de asesores sobradamente conocido y que merodea incesantemente por todo lo que rezume Betis, haya vuelto a la carga para colocar en la entidad a quienes consideran su prócer y la única persona capaz de establecer un orden en el club y, por consiguiente en el primer equipo, Lorenzo Serra.

Según se argumenta, éste se habría deshecho ya de su paquete accionarial del Mallorca en favor de Dudú Aouate, aunque en el consejo y en el juzgado hay quien duda de ello y, sobre todo, en qué condiciones se habría firmado la compraventa.

Y no es éste el único recelo que hoy divide al consejo de administración, aunque cada día son más los no partidarios de la llegada del poblero, ya que Manuel Domínguez Platas, a quien le venía bien como escudo, tiene ya decidida su marcha en la próxima Junta General, al igual que Fernando Casas y Antonio José Sánchez Pino, los otros dos consejeros que permanecen en sus cargos tras la debacle de la temporada anterior.

Hoy, ninguno de ellos quiere dejar al club hipotecado en ningún sentido y no parecen dispuestos a tomar más decisión de calado que la de su adiós. Por eso el entorno trata de conquistar la voluntad de Francisco Estepa, el administrador judicial y a la postre el que manda en la sociedad anónima. El cordobés, que fue quien frenó la entrada de Serra hace dos meses, tampoco acaba de ceder y José Miguel López Catalán, el único consejero legitimado por sus acciones y muy afín al entorno, lo ve más como entrenador que como otra cosa.

Con la plantilla confeccionada, el aterrizaje del mallorquín como director deportivo bien podría esperar, pero éste ya ha dejado claras dos cosas, que no quiere entrenar y que el cargo que ocupe debe estar remunerado, de ahí que no acceda a lo que algunos piensan para él: la plaza de consejero deportivo vacante desde el fallecimiento de Sebastián Alabanda. Serra podría aceptar ser consejero y la cabeza visible del Betis, que es lo que reclaman sus influyentes amigos, pero siempre con plenos poderes en el ámbito deportivo y, por supuesto, con un cargo que le permitiese una remuneración.

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