Leganés-betis

La solución vive al lado (1-0)

  • Velázquez se inmola y si alguien quiere al club ya está tardando en llamar a Mel. El equipo es inane, sin norte.

Ya no valen milongas ni seguir engañando a los béticos. Julio Velázquez se ha inmolado y en el Betis hace falta un golpe de timón. A la fecha, la apuesta de Alexis, mal asesorado por el que quieren enchufar los del entorno, ha fallado. Y fiar el futuro de un equipo y un club tan señero como el Betis al ojo de Chuti Molina sería abundar en los errores cometidos no hace mucho y que han reventado al club al punto de que en la grada de Heliópolis, como se vaticinó en estos mismos papeles, se ha llegado a cantar el "Lopera vuelve ya". 

No puede ser ésta una crónica de fútbol. Sencillamente, porque por parte bética no hubo. O, bueno, según se quiera mirar: hubo tantísimo como un salmantino hasta multiplicó por tres. El que quiera saber cómo jugó el Betis, que le pida el vídeo al vecino, que lo televisó La Sexta. Pero si se resiste lo podemos ayudar: jugó horrible, a nada, con esa defensa absurda de tres centrales en la que Álex Martínez se ve sin ayuda en la jugada del gol del Leganés... 

Jugó el Betis como un equipo más de esta Segunda apestosa y eterna. Y, encima, el gol no lo metió Rubén Castro. Lo marcó Velasco, un cordobés que visa la treintena y que ha jugado en Marbella, Estepona, Fuengirola, Cádiz, Lucena, Ceuta y Melilla. ¡Toma ya! Éste es el currículum del que manda al paro al entrenador del Real Betis Balompié. 

Porque si Velázquez, antes de que este lunes eche la persiana, continúa siendo el entrenador del Betis, la ignominia y la poca vergüenza se habrán apoderado de unos dirigentes que están dejando morir una entidad, una ilusión, un estilo de vida para muchas personas... 

Por eso hoy no es día de hablar del partido. Y sí de quién ha de dar un paso al frente, que para eso ocupa la presidencia por mandato judicial y, gracias a ella, le chorrean asuntos procelosos. Sí, Manuel Domínguez Platas, que lleva en el consejo, a la sombra o en la presidencia, desde que este maldito contubernio judicial se instaló en el Betis. Y, hoy, es a él a quien corresponde tomar la decisión correcta porque lo ha vivido ahí dentro y sabe cuál es, en esta coyuntura, la única solución posible. 

Él asistió al humillante y nefando despido de Mel, al ruinoso e interesado nombramiento de Garrido (Leo Baptistao: 2,1 millones de euros), al torpe fichaje de Calderón por amiguismo. Platas, Maíto para los amigos, debe ser bético por un día en su vida y ofrecerle a Mel la oportunidad de sacar al Betis del atolladero. Pero no sólo al equipo, sino a un club centenario que hirió gravemente Bosch y que se desangra bajo su inocuo mandato. 

Están exigidos Platas y los dos o tres que tiene al lado. Y cortándole de una vez la lengua al entorno que ha propiciado esta inmundicia. Y sin oír a Alexis ni al que le han puesto por debajo para que esté por encima por si hay que echar también al canario. El Betis se está jugando la vida deportivamente hablando y la subsistencia, quizá, si con tales desmanes, se ve obligado a jugar la temporada próxima de nuevo en Butarque. Es posible que Mel quiera los poderes que le negaron en su reciente y gloriosa etapa, pues que se los den. Es posible que Mel con alguno de ellos al frente renuncie a hacerse cargo, pues que se vayan ellos hoy con Velázquez entonces. 

El Betis tiene una plantilla infinitamente mejor que la del Leganés, la Ponferradina y el Albacete. Y superior a las de Valladolid o Las Palmas. Pero sus futbolistas no juegan a nada. ¡Y eso que corren! Ayer algo menos, porque frente al Lugo desperdiciaron aire. Pero el problema no es de jugadores, ni de aptitud ni de actitud. Es de darle el chándal a un tipo que sepa ordenarlos, decirles que ataquen y que corran hacia atrás cuando pierdan la pelota. 

El Leganés no puede sacar doce veces desde el banderín de córner y el Betis ninguna. El humilde aficionado bético no puede seguir viviendo sus lunes al sol con la cara roja de pura vergüenza. 

Es la hora de los dirigentes. De pegar un grito en el club y que la coherencia entre por esa puerta de una maldita vez y antes de que sea tarde. Si firman a un entrenador de fuera habrán perdido el tiempo. Cuando se entere, ya no habrá remedio. En su día fue el momento de Chaparro, los hubo para Fernando Vázquez u otros. Hoy sólo hay una persona a la que acudir. Y vive por San Lorenzo, me cuentan...

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