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Con el horizonte perdido

  • El club, entre bastidores, desliza a la prensa que Velázquez se sentará en el banquillo ante el Recre. Alexis se quedó en Madrid, Molina se fue a Albacete y Platas 'huyó' de Santa Justa.

Podría argüirse tras el episodio de este lunes a mediodía que el Betis es un club en descomposición. Pero quizá tal aseveración sería benévola para definir lo que hoy ocurre en los intestinos de Heliópolis. El Betis empezó a descomponerse con el descrédito social que le granjeó Lopera, emitió vahídos igual de pestilentes en el nefando reinado de Bosch y hoy es un club fantasma. Sencillamente, no existe. El Betis es hoy un entrenador en el alambre, unos cuantos de equipos de futbolistas y una afición que se está mostrando lo exigente que debiera haberlo sido cuando cierto administrador judicial comenzó a hacer de las suyas por la Palmera. 

Sin reunión, como a la antigua usanza, no se sabe quién se reunió consigo mismo y decidió que Julio Velázquez se sentará en el banquillo el próximo sábado frente al Recreativo. Ni siquiera un anuncio oficial. Ante el acoso de la prensa por saber qué pasaba, empleados del gabinete de comunicación del club fueron filtrando que, nada de nada, en lo que se refiere a la destitución del técnico salmantino. 

Tampoco es que se trate de un episodio aislado. El viernes, en el sorteo de la Copa del Rey, entre Monchi, Butragueño y cía., el Betis coló a un empleado no excesivamente cualificado, José Ruiz Maguillo, el abogado interno del club, el mismo que formó el lío de las fichas en la Liga Europa y que empezó a cavar la tumba de Pepe Mel, quien se vio obligado a descartar a dos profesionales, uno de los cuales, Chica, le hizo la vida imposible. Nadie del consejo en Las Rozas, donde se cuecen las habas; ni Alexis, ni el director general... Ni Rafael Gordillo, director de relaciones institucionales del club, cargo homónimo al de Butragueño en el Real Madrid. Socarronamente, hay quien dice que Ruiz fue para que le quitaran una tarjeta a Perquis. 

Por sucesos como éste, que son moneda diaria pero sólo trascienden cuando vienen a cuento como hoy -sería un castigo andar erre que erre con los innumerables pifiazos de esta caterva de ¿béticos?-, se explica que el club no tenga un portavoz, que nadie dé la cara en las reiteradas crisis deportivas e institucionales y que el primer equipo, como el propio club, vaya a la deriva. 

En el Betis se ha perdido el horizonte. La huida hacia delante es similar a la emprendida por Lopera cuando se vio acorralado. Salvo cobrar, los altos cargos no hacen nada ni pueden hacerlo. De los consejeros, mejor no hablar... 

Porque a ese Velázquez cuyo discurso multiplicó por tres al verse refrendado por Alexis lo dejaron solo la otra noche. Este lunes fue confirmado por los whatsapps privados que se escupían desde Heliópolis, pero doce horas antes había asomado sin nadie a su lado por una de las puertas laterales de la estación de Santa Justa. A Manuel Domínguez Platas, quien figura como presidente del club verdiblanco, lo esperaba una mujer en un pequeño utilitario junto al autobús. Precedió su salida, al igual que la de Gordillo a la de Velázquez. A éste sólo lo esperó a pie de autocar uno de los utilleros del club, José Manuel Acuña. Al resto no le interesaba estar en la fotografía. 

Alexis Trujillo, según informan fuentes del club, las que lo cuentan todo en una entidad sin pies ni cabeza, se quedó en Madrid para asistir este martes a los cursos de director deportivo. Como si no se pudiera regresar de Madrid en AVE a las doce de la noche y tomar otro a primera hora de este lunes de vuelta a Madrid. Así, con el canario en la foto, igual la historia se escribiría de manera distinta. Chuti Molina, esa especie de jefe con un cargo inferior, pasó el día en Albacete con su familia. El teléfono de Platas permaneció toda la mañana de este lunes apagado para todo el mundo por sus asuntos profesionales, se supone. Y, mientras, el Betis desangrándose. 

Esto es lo que hay. Y Velázquez continúa, al menos hasta hoy, porque no hay quien se atreva a poner a otro. Y porque saben que al otro lo va a brear la afición desde el minuto uno, como hizo con Garrido nada más calarlo. 

Muchos en el seno del club, que de todo hay, dicen que la única solución viable hoy es Pepe Mel. Hasta en el maldito entorno lo saben y lo aconsejan, porque eso sí, éste, aunque desmañado hasta la saciedad, es bético y quiere al Betis pese al daño tremendo que le hace. 

Pero Platas no da su brazo a torcer y prefiere oír lo que le dicen Alexis y otros. Claro, ¿qué sería a lo peor de ellos dos si contratasen al técnico madrileño? Saber que es quizá la única solución les da igual -uno llegó de Canarias y la prioridad del otro no es el Betis-, la que pueda formarse el sábado frente al Recre, ¿les dará igual? Y, para colmo, se organiza para ese día, en medio del avispero, un homenaje a don Luis del Sol Cascajares. Lo escrito, un club fantasma, sin horizonte.

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