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El estilo pasa por Rubén

  • Arropar al canario se convierte en la única fórmula para que el Betis gane partidos. El delantero acumula ocho goles y tres asistencias en los 14 anotados por los verdiblancos.

A Julio Velázquez no se le puede negar que no haya intentado alternativas para que el Betis mejorase tanto en juego como en resultados, pero hasta el momento sólo funciona cuando su esquema arropa a Rubén Castro, el futbolista más determinante de la categoría. Tras una semana complicada y con constantes diálogos con sus jugadores, el preparador bético volvió a utilizar ante el Recreativo un once con una mayor vocación ofensiva. Esta fórmula redundó en que el Betis acumulase más ocasiones que en los tres encuentros anteriores, lo que favoreció que Rubén Castro, incluso sin mostrar la eficacia de otros días, decantara el encuentro del lado verdiblanco.

Desde la banda izquierda, como en los primeros partidos de la temporada, o desde la punta, donde el canario se siente más cómodo, Rubén marca el estilo del Betis. Sus ocho goles representan casi el 60% de los anotados por el equipo en el campeonato liguero, a lo que hay que añadir tres asistencias de gol. De esta forma, su figura aparece en 11 de las 14 dianas del equipo verdiblanco -casi un 80% del total- e incluso el gol de Cejudo en Sabadell viene precedido de un remate suyo, aunque no se le puede contabilizar como asistencia.

En los tres encuentros consecutivos que el Betis se quedó sin anotar -Valladolid, Las Palmas y Leganés-, Rubén Castro apenas dispuso de ocasiones, aunque las dos únicas oportunidades de gol del equipo verdiblanco pasaron por el canario, con un remate de cabeza (José Zorrilla) y una volea al aprovechar un balón suelto (Butarque). En esos duelos, Velázquez apostó por tres planteamientos distintos, con la intención de que el equipo adquiriera más protagonismo en el juego, pero ni se consiguió lo deseado y, por contra, Rubén quedó más lejos que nunca del gol.

Los datos objetivos son elocuentes. Cuando Rubén Castro anota, el Betis gana su partido. Así ha sucedido en las cinco victorias que los de Velázquez acumulan en el campeonato liguero tras diez jornadas.

En Sabadell, en el estreno liguero, el canario anotó el tercer gol bético, además de asistir a Matilla en el primero; en la segunda jornada, ante el Numancia, Rubén marcó un doblete para que el Betis superase a los sorianos (2-1); ante Ponferradina y Albacete, el delantero se quedó sin ver puerta y los verdiblancos acabaron perdiendo los dos encuentros; en los dos siguientes, ante Girona (1-3) y Mirandés (2-0), Rubén anotó cuatro de los cinco tantos para que el equipo bético volviera a colocarse en la senda de la victoria; posteriormente llegaría los ya reseñados duelos ante Valladolid, Las Palmas y Leganés, en los que el Betis se quedó sin marcar y también sin conocer la victoria -dos empates y una derrota-; finalmente, el pasado sábado, Rubén volvió a sumar un gol a su cuenta, tras un penalti cometido sobre él mismo, en la victoria ante el Recreativo (3-2), además de recibir otra pena máxima que cedió a Kadir, exhibiendo su compromiso con el colectivo.

Tras lo acontecido en las primeras diez jornadas del campeonato, casi un cuarto del mismo, las evidencias son claras. El Betis de Velázquez sólo funciona cuando apuesta por la pegada de su delantero franquicia. Más allá del posible record de goles que tiene a su alcance -acumula 90 por los 94 que sumó Domínguez-, Rubén viene demostrando que su renovación fue la mejor gestión posible del verano. Involucrado en el trabajo y con acierto de cara a la meta contraria, los goles del canario representan 12 de los 17 puntos que el cuadro verdiblanco acumula en la clasificación.

Velázquez, que ganó tiempo con la victoria ante el Recreativo, pero al que se sigue escrutando con lupa esta semana, continúa realizando pruebas en su laboratorio para encontrar un Betis más equilibrado. Hasta el momento, su propuesta ha encontrado en Rubén Castro a su único protagonista. Los goles del canario y su actividad cuando el equipo acude a zonas ofensivas se han convertido en el libro de estilo verdiblanco.

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