Julio Velázquez. Entrenador de fútbol

"Ya de niño veía a Maturana y supe que quería ser entrenador"

  • El castellano, técnico precoz y vocacional, se declara "feliz" entrenando y convive con las múltiples críticas que recibe sin ser ajeno a ellas. "Cuando lleguen los resultados y mejore el juego, mirarán mejor al equipo".

Julio Velázquez Santiago (Salamanca, 5 de octubre de 1981) acaba de salvar su peor momento deportivo desde que llegó al Betis. Pero él no se inmuta y acepta incluso la peor de las críticas. En su mente, sólo existen el trabajo con su grupo de futbolistas y los resultados; el resto es accesorio.

-Se ha dicho, quizá con razón, que no sabía bien dónde estaba, ¿lo sabe ya?

-Sí. En un grandísimo club con muchísima historia y que está en Segunda por circunstancias, pero que no cabe ninguna duda de que es de Primera.

-¿Imaginaba desde fuera la dimensión del Betis en todos sus ámbitos?

-Es justo lo que me imaginaba. He venido muchas veces a ver el fútbol al Benito Villamarín.

-¿Y la rivalidad con el Sevilla?

-La conozco, pero al estar en diferente categoría no habrá en principio un enfrentamiento directo, que es un aliciente para el ciudadano y algo muy bonito, con ese pique añadido en las familias, en los trabajos...

-¿Qué pesa más en el aspecto emocional, el descenso de la temporada anterior o los éxitos del Sevilla?

-Para los jugadores, principalmente para los que siguen del año pasado, imagino que el descenso les pesa. Y de cara al aficionado, creo que la suma de todo, pero lo principal siempre es su equipo.

-¿Y la división institucional?

-La esperaba, pero afecta. Que el club está judicializado es obvio y genera un maremágnum diario a nivel institucional. Pero nosotros, el cuerpo técnico y la plantilla, tenemos que estar unidos y centrarnos en lo nuestro. Eso sí, mientras más normalidad haya, mejor.

-Con la afición no acaba de encajar, ¿cree que está a tiempo de conseguirlo?

-Son situaciones que se dan, pero en el fútbol profesional se vive de los resultados. Si seguimos mejorándolos y el juego también, habrá más unión entre la afición y el equipo, ya que no quiero individualizar sobre mi persona, aunque tengo el máximo respeto para todos los comentarios.

-¿Pero le extrañaron los pitos ante el Recreativo pese a la victoria? ¿Se deben a una exigencia desconocida de la afición o a otros factores?

-Son situaciones que hay que respetar al máximo y con base en los resultados y en el juego, cambiarlas. Son momentos puntuales, porque el aficionado siempre está apoyando y no se le puede reprochar nada.

-¿Por qué a veces resulta tan hermético, porque le fue bien así o porque le viene de cuna?

-Los de mi tierra somos un poco así. Pero uno tiene que ser lo que es, natural, y eso es muy peculiar. Si me ven con mi familia y mi mujer en el día a día, no me considero serio, ni lo soy las 24 horas del día. Pero hay que actuar dependiendo de los momentos aunque sin sobreactuar.

-Los periodistas, con o sin argumentos, tampoco lo hemos tratado bien, ¿qué es lo que más le ha molestado?

-Hay que convivir con todo tipo de opiniones y críticas y estar abierto a mejorar y aprender, ya sea la crítica más o menos constructiva o destructiva. Nosotros tenemos que crear un clima agradable.

-¿Aprendió algo de alguna?

-Siempre hay cosas que los periodistas pueden valorar de manera más o menos objetiva y a veces pueden llevar razón. Sean más justas o injustas las críticas, yo me centro en mi trabajo.

-Yendo al Betis, sea sincero: el equipo aún no tiene un estilo definido de juego, ¿verdad?

-Estamos intentándolo. Se ha descendido, hay gente nueva en la plantilla, otra de la que no hemos podido disponer por lesiones o que han tenido pretemporadas atípicas... Son aspectos que generan un déficit en el trabajo. Yo estoy encantado con el grupo y conforme vayan pasado las semanas vamos a dar un pasito adelante, habrá más armonía y los aficionados van a estar más contentos.

-¿Ha podido ser el partido frente al Recre un punto de inflexión hacia un Betis ya decididamente mandón en los partidos?

-Sí. En esa línea estamos y es lo que vamos a intentar desde ahora.

-Pero su idea en pretemporada era que el equipo presionase arriba y sólo lo hace con cuentagotas, ¿por qué?

-El compromiso del grupo, que además es obediente, es excepcional. Ocurre que no siempre queremos presionar, pero sí que el equipo se organice cuando no tiene el balón. A veces es mejor apretar arriba y en otras es más cómodo cuando se roba más atrás y hay más espacios. Todo ello es en base al rival y a nosotros mismos, pero siempre vamos a tratar de hacer daño al adversario.

-Antes era el Betis m ás vertical y ahora elabora más el juego.

-Ahí sí estoy de acuerdo. Empezamos siendo más verticales, pero es que no ha sido una pretemporada normal, cosa que además suele ocurrirle a los equipos cuando descienden. En el eje central, por ejemplo, la lesión de Reyes, la coyuntura de N'Diaye y el problema de Xavi Torres condicionan el modelo. Ahora ya el equipo sí se siente más protagonista con la posesión del balón, pero con el objetivo de llegar al área rival y no con el de dar pases por dar pases.

-¿Hubiera planificado otro tipo plantilla de haber conocido al equipo como lo conoce ahora?

-Eso no es cosa del entrenador. Mi misión es dirigir el colectivo y entrenarlo y luego hay una dirección deportiva y una secretaría técnica.

-¿Pero no le parece que se hipotecó demasiado por N'Diaye?

-Les digo lo que acabo de decir anteriormente, que nuestra principal labor es entrenar. En lo que se ha hecho o no hecho, no voy a entrar. A mí me parece un chaval excepcional y que no tiene culpa de haber vivido un verano atípico y no haberse entrenado con normalidad en el Sunderland, y luego el problema de ir con la selección y no hacer siete entrenamientos seguidos. Al contrario, él trata de adaptarse lo más rápido posible para aportar y tiene una implicación tremenda. No viene a cuento ahora decir si debe estar o no en la plantilla.

-¿Dónde lo ve jugando?

-De medio centro y de central, en ambos sitios puede rendir bien, aunque muchas veces tienes que ver con quién lo vas a juntar y que acontezcan situaciones óptimas. Pero yo valoro las dos opciones.

-¿Siente que el partido de Pamplona puede ser clave para el despegue o, por contra, para generar más desaliento?

-Si conseguimos un buen resultado, será superpositivo a medio plazo en la trayectoria del equipo y servirá para que la gente esté contenta y tenga esa percepción de que el equipo sigue creciendo.

-Alexis lo defendió tras el partido de Lugo, ¿le extrañó que nadie lo hiciera e incluso lo dejaran solo a la vuelta de Leganés?

-Yo regresé con mi plantilla y no tengo nada que reprochar a nadie. Me siento valorado por el consejo y por las personas del club. Además, uno es entrenador y está para dar la cara y estar delante en estas situaciones.

-Sea sincero, ¿ha pensado qué sería del equipo si se lesiona Rubén Castro?

-A veces se ha hablado de rubendependencia, que es como si en el Madrid faltara Cristiano, en el Barcelona Messi, Araujo en Las Palmas o Diego Costa en el Chelsea. Hay jugadores que te marcan las diferencias, pero lo importante es tenerlos en las dos áreas. Rubén, en el área rival y siempre que las condiciones sean óptimas y él esté a gusto, te genera muchísimo.

-Antes de renovarlo el club, se dijo que tenía que hablar usted con el canario, ¿dudaba quizá de cómo iba a implicarse?

-No tenía dudas ni el placer de conocerlo en lo personal. En lo futbolístico sí y es extraordinario y en el Betis está muy cómodo. A mí desde el primer día me pareció maravilloso y su nivel de implicación y las ganas de ascender que tiene son bárbaros. Estoy encantado con el chico como futbolista y como persona.

-¿El chico? Si es mayor que usted...

-Ah, sí, es posible (sonríe).

-¿Nota esta Segunda División diferente a la de anteriores temporadas, con equipos que apenas pierden partidos?

-Hay una cosa, eso sí, y es que creo, por cómo se está desarrollando el inicio, que la entrada en puestos de play off podría estar en más puntos a priori. Pero la dificultad es similar y se trata de una categoría larguísima y muy igualada, en la que casi todos los partidos se deciden por detalles.

-¿Y qué es para usted entrenar al Betis: un sueño, una revancha tras no cuajar en Villarreal...?

-Lo veo como mi realidad de esta temporada. Y la asumo con toda la implicación y la naturalidad. Soy persona de disfrutar los momentos y de centrarme absolutamente en ellos.

-El Betis apostó por la cantera en sus anteriores ascensos y en éste apenas despunta Dani Ceballos, ¿por qué se ficharon tantos futbolistas de fuera que hoy son suplentes?

-Eso son dos preguntas. Respecto a la primera les diré que se está apostando. A Dani me lo encontré en el filial y juega. Se necesita implicación, que el salto sea de verdad y que el chaval pueda aportar rendimiento en la inmediatez: hay que subirlo, ponerlo y darle continuidad. No le voy a regalar nada a nadie, pero el que se lo merezca va a estar. Y, sobre los incorporados, tenemos en la plantilla lo mejor posible y es los que entrenamos. El resto corresponde a la dirección deportiva.

-Notamos que se desmarca algo del trabajo de Alexis cuando se comenta que usted también participó en la planificación...

-No me desmarco. En cualquier club hay distintas parcelas. Y entre ellas hay comunicación, claro está, y diálogo con el club, pero mi labor es entrenar.

-¿Ha llegado algún futbolista que usted no haya querido?

-La sintonía es correcta entre nosotros.

-¿Y con Sergio qué le pasa? ¿No era mejor haberlo cedido?

-Juegan once y hay una convocatoria de dieciocho. Su predisposición es buena y lo veo con ganas de ser futbolista. Ya dije de él que en un ciclo normal y sintiéndose importante, puede ser un jugador importante del Betis en el medio plazo. Y ahora mismo es lo que intentamos, buscarle el máximo rendimiento. Si vemos que un futbolista puede aportar rendimiento en la inmediatez se lo pone, como ha ocurrido con Dani Ceballos.

-¿Conocía al utrerano? ¿Por qué no lo llevó a ninguna concentración de pretemporada?

-A Dani sí lo conocía. No lo llevé porque las pretemporadas son atípicas. Estoy muy contento con él y ahora con Ignacio (Abeledo), un jugador muy interesante. Pero no voy a regalar nada a nadie ni hacer debutar a cinco para ponerme medallas y ser un ventajista. Quiero lo mejor para el club y los chicos.

-Vamos al plano personal. ¿Por qué decidió ser entrenador?

-Porque es lo que más me gusta de la vida. Con 15 años ya lo vi claro, y es complicado, pero ha sido algo que mamé desde pequeñito, desde que Pacho Maturana entrenaba al Valladolid (Velázquez tenía 11 años). Es algo totalmente vocacional y que ha priorizado mi vida.

-¿Nunca se planteó intentar ser futbolista profesional?

-Cuando eres pequeñito quieres ser futbolista, pero cuando comencé a entrenar, supe que ya siempre iba a querer eso. Soy feliz con lo que hacía ya en cadetes, en Tercera, en Segunda...

-¿Y los estudios? Se lo ve una persona formada e inteligente...

-A la vez he tenido mi formación académica, tanto a nivel deportivo como fuera. Me gusta leer, porque creo en la educación reglada y en la que no. Pero la educación física y los niños siempre me gustaron, de ahí que todo haya estado relacionado con la materia deportiva, hice algo de marketing... Pero siempre quise ser entrenador.

-¿Cuánto tiempo dedica Julio Velázquez al fútbol?

-Lo que es necesario cada día. La mañana, entera: llego a las ocho de la mañana y me voy (mira el reloj y son las dos de la tarde)... Por las tardes, veo fútbol: los cinco últimos partidos del rival, los cortes de sus jugadas y luego también fútbol de otros países y categorías, como la Segunda holandesa, la francesa, fútbol sudamericano, los filiales y los juveniles, el Torneo Primavera de Italia, la Liga de reservas... También es obligación de un entrenador conocer jugadores.

-Y cuando no piensa en fútbol, ¿qué hace?

-Me gusta el cine, el teatro, cenar fuera con mi mujer y disfrutar de la ciudad en la que vivo, como ahora Sevilla, que ofrece unas posibilidades tremendas y me gusta muchísimo.

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