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Un irlandés sin mañana

  • El domingo se homenajea la figura de Patrick O'Connell, entrenador que hizo campeón de Liga al Betis en 1935. El técnico, pionero del fútbol, vivió en Sevilla lejos de su familia y de su pasado.

El próximo 28 de abril hará 80 años de la consecución del campeonato nacional de Liga del Betis, el título más lustroso de la centenaria historia del club verdiblanco. Para lograrlo, fue necesario un 0-5 ante el Racing de Santander en la última jornada, hazaña de gran resonancia en una Sevilla que, en aquel abril de 1935, celebraba la Feria en los terrenos del Prado de San Sebastián. Tres días tardó la expedición bética en atravesar España y correr a compartir en el recinto ferial la gran copa con los suyos, como se aprecia en la foto de esta página, tres jornadas de viaje en las que el entrenador bético, Patrick O'Connell, no dejó de dar vueltas a no se sabe qué asuntos le rondaban en la cabeza.

Don Patricio, el míster irlandés que había sido capitán y figura del Manchester United veinte años atrás, quien había llegado a España una década antes nadie sabe muy bien por qué, se encontraba repentinamente en una festiva Sevilla que olvidaba por unos instantes el conflicto social de los meses previos al estallido de la guerra. Por unos días, la masa fue balompédica y jubilosa. "Lo curioso de O'Connell, a diferencia de los inmigrantes irlandeses de entonces, es que no emigró a Estados Unidos, Reino Unido o Australia, sino que paró en España, desde donde nunca dejó de enviar dinero a la mujer y a los hijos que dejó en la isla", explica Colm Farry, responsable en Sevilla del Patrick O'Connell Memorial Fund, una organización transnacional que pretende obtener fondos para honrar la memoria del entrenador.

Hasta hace diez años, cuando Farry vino a vivir a Sevilla, no había oído hablar de O'Connell. "¿Sabes que un irlandés entrenó al Betis que ganó la Liga en 1935?". Es un género de ritual iniciático transmitido entre la colonia de irlandeses sevillanos. De generación en generación. Un cierto día, durante la Feria, en los primeros años de su estancia en Sevilla, Farry no podía quitarse a O'Connell de su imaginación. "Veía los colores, oía las guitarras y sentía los olores y, me dije, no debió ser muy distinto de lo que vivió aquí el O'Connell sevillano", explica Farry, que desde entonces se ha detenido a indagar no sólo en la faceta de su compatriota como innovador entrenador sino en las distintas aristas de su personalidad, que revela no pocos claroscuros.

Veinte años después de lograr el campeonato liguero como entrenador del Betis, en 1954, a O'Connell lo aborda un reportero en la Tertulia Bética de la calle Tetuán. Para entonces, don Patricio, que es como también se lo conoce, ha entrenado al Racing de Santander, al Oviedo, al Betis campeón, al Barcelona -en cuyo periodo como técnico, en plena Guerra Civil, le atribuyen la salvación del club blaugrana-, vuelta al Betis, cambio al Sevilla, de regreso al Betis en su tercera y última etapa, y vuelta a Santander ya de retirada. O'Connell cuenta en aquella entrevista publicada en el diario Marca que, tras dos décadas, se marcha definitivamente a las islas. "Deberes urgentes me reclaman en la patria", le contesta al periodista. Cinco años después, en 1959, O'Connell moriría en Londres solo y en la indigencia.

Son muchos los interrogantes que rodean la vida de O'Connell y que la asociación que Farry representa en Sevilla pretende ayudar a desvelar. El objeto, ahora, es honrar la memoria de unos de los entrenadores de fútbol más importantes de Irlanda y cuyos restos acabaron en una tumba anónima de la parroquia londinense de St. Pancras. Nadie lo hubiera presagiado, leyendo las palabras del carismático entrenador en aquella entrevista de 1954. Aquel día, hace ahora 60 años, el Betis disputaba frente la selección andaluza un partido en homenaje al patriarca irlandés de fútbol.

Mil duros de entonces acabó legándole el club verdiblanco. "Me gusta Sevilla porque aquí saben cómo vivir", responde el técnico en Marca. A su hijo Dan, a quien en Sevilla había presentado pocos años antes como su sobrino, le describe la ciudad como "un lugar donde la gente vive como si se fuera a morir esta noche". Pero es probable, aunque hoy quiera reconocérsele su ayer, que a O'Connell le seguirá interesando poco el mañana.

Una subasta de camisetas para honrar al míster

Figuras como Kluivert, Eto'o, Koeman, Beckenbauer, Cruyff o Figo ya han mostrado su apoyo a la iniciativa de honrar a uno de los entrenadores más importantes del periodo de entreguerras. Lo han hecho a su biógrafa, Sue O'Connell, una de las responsables del Patrick O'Connell Memorial Fund, asociación que pretende recaudar fondos para honrar la memoria del patriarca irlandés del fútbol. Uno de los eventos, con tal fin, lo acoge el bar Merchants el domingo. Además del Betis, acudirán una representación del Racing y el embajador del Irlanda, David Cooney. En el acto se subastarán varias camisetas firmadas, cuyos fondos se destinarán a la remodelación de la tumba de O'Connell en Londres y la edición de su biografía.  

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