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Implicación de capitán

  • El esfuerzo de Adán para jugar en Valencia refleja el compromiso del vestuario La plantilla se conjura para cambiar ya la imagen en el Benito Villamarín

Este Betis de Pepe Mel, más allá de sus virtudes y defectos futbolísticos, exhibe compromiso. Ni las críticas o la mala imagen en Heliópolis erosionaron el carácter del equipo, que ante el Levante tiró de implicación para lograr un nuevo triunfo de visitante. La presencia de Adán, dudosa hasta el último instante, refleja esa asunción de la responsabilidad por parte de uno de los capitanes de la plantilla y que se trasladó al resto de los jugadores.

Nada más acabar el partido ante el Atlético, en el que se había retirado lesionado, Adán ya se puso en manos de los fisioterapeutas con la única intención de recuperarse a tiempo para el duelo en Valencia. Mañana, tarde y noche, ya que Manuel Alcantarilla, uno de los masajistas del primer equipo, hasta se desplazó al domicilio del meta para acelerar el proceso y que Adán pudiese llegar a tiempo.

Una hora antes del encuentro, con mayor antelación de la habitual, el meta saltó a calentar al Ciutat de València para ponerse a prueba. Infiltrado para aminorar el dolor que todavía sentía en la zona dañada, Adán dio el sí al cuerpo técnico. No quería perderse el madrileño un encuentro ante un rival directo, con la trascendencia que eso conlleva en este igualado campeonato.

"Llegué a tiempo al partido gracias al trabajo del equipo médico. Manu Alcantarilla, uno de los fisioterapeutas, venía por las noche a casa para tratarme y poder estar. Ha trabajado duro conmigo, todos lo han hecho, y he podido jugar. Se lo agradezco a todos", aseguró ayer Adán en declaraciones a su web www.antonioadan.es, quien ya justo nada más acabar el partido subió una foto a su perfil de Twitter en la que agradecía la dedicación del cuerpo médico.

"Estoy contento por la victoria, por los tres puntos, por el esfuerzo que hizo el equipo y sobre todo porque salió bien después de la lesión de la semana pasada. Jugué por pleno convencimiento de que estaba todo bien ya que si no hubiese sido así no lo hubiese hecho. El equipo está por encima. Aquí importa que gane el Betis y da igual quién juegue. Por lo tanto, estoy feliz por los 18 puntos y ahora a pensar en los dos partidos seguidos que tenemos en casa", aseguró el meta, que anticipó así el siguiente objetivo que se ha marcado el equipo, que pasa por cambiar de una vez la imagen ofrecida en el Benito Villamarín.

"Fuera de casa estamos muy bien, no sé por qué, pero es importante ganar también en nuestro estadio y delante nuestra afición, que es muy grande. Intentaremos hacerlo el miércoles contra el Sporting y en la próxima jornada frente al Celta", manifestó N'Diaye, que se sumó así a esa conjura de una plantilla implicada al máximo. "Estamos muy contentos y necesitamos cambiar las cosas en casa, pero tenemos un grupo muy trabajador y lo cambiaremos", aseveró Petros, otro que apuntó a esa necesidad de revertir la dinámica en Heliópolis.

En la conferencia de prensa posterior a la derrota ante el Atlético, Mel solicitó tranquilidad, al detectar cierto nerviosismo en el entorno del club verdiblanco. Apenas cinco días después, el equipo respondió a esa llamada a la calma del entrenador con una demostración de compromiso e intensidad. Todo empezó en Adán y su esfuerzo para no perderse la cita de Valencia, pero también continuó en Joaquín y su tremendo desgaste defensivo o Rubén Castro, que no dudó en realizarle coberturas a Cejudo y que incluso acabó el partido defendiendo la banda izquierda tras la expulsión de Westermann. Los pesos pesados del vestuario asumieron los galones y el Betis regresó a la senda de la victoria en el momento más necesario.

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