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Caridad Las iniciativas solidadarias en tiempo de crisis

Cuando comer caliente es un lujo

  • La Orden de Malta ha abierto el comedor social de San Juan de Acre en la calle Mendigorría, con capacidad para dar 100 comidas al día · Un centenar de voluntarios colaboran para sacar adelante el proyecto

La Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta (Orden de Malta) acaba de inaugurar en Sevilla un nuevo comedor social, retomando de este modo el carisma caritativo que la define desde su fundación. Con el nombre de San Juan de Acre, el comedor está situado en la calle Mendigorría, en la antigua jurisdicción de San Juan de Acre, donada a la orden por el rey Alfonso X El Sabio en 1253, por la colaboración prestada para la conquista de Sevilla. La orden mantuvo sobre este amplio terreno plena jurisdicción civil y eclesiástica hasta 1836, cuando se tuvieron que marchar debido a una de las desamortizaciones de Mendizábal.

La idea inicial es ofrecer 100 comidas al día. Lo hacen en horario de tarde, de 17:00 a 19:00. "Queremos aprovechar para que aquellas personas que estén en situación de necesidad puedan dedicar la jornada laboral a buscar trabajo", explica Fernando de Parias Merry, delegado de la orden en Andalucía. Otro de sus miembros, Baltasar de Zárate, perteneciente al Consejo de Regencia de la orden y Tesorero del Ayuntamiento de Sevilla, añade: "Creemos que es la hora más adecuada. La comida se puede convertir también en cena".

Hay gran agitación en el entorno de la calle Mendigorría minutos antes de abrir el comedor. Poco a poco, se van concentrando las personas que acuden a comer. Dentro, los voluntarios, alrededor de 100, jóvenes y adultos, miembros de la orden, familiares y amigos, lo tienen ya todo preparado. "Las lentejas han salido buenísimas". Se dan las últimas consignas: "La idea es llenar las mesas que están ya vestidas. Que se sienten agrupados". Para Manuel Coronil, cónsul de Islandia, es su primer día: "Me toca venir los martes. Ayer, que fue cuando se abrió, vinieron unas 30 personas".

El camino que han tenido que recorrer hasta conseguir abrir el pasado lunes 21 ha sido largo. El local pertenece a Emvisesa. "Nos lo han alquilado por 40 años, pero no lo han entregado hasta que no ha estado terminado hasta el más mínimo detalle de todo el conjunto. El sitio es muy bueno y está muy bien comunicado", revela Fernando de Parias. La mayoría de los alimentos con los que cuentan actualmente proceden del Banco de Alimentos. "Hacen una labor importantísima que no está tan bien considerada como debería". También están trabajando en ultimar acuerdos con diferentes empresas y particulares para que les provean de diferentes productos.

Todo el personal es voluntario, algo que quieren destacar sobremanera: "Igual de importante es dar de comer a un indigente que mover la conciencia de la sociedad para que se implique en este tipo de causas". El personal se divide en 3 equipos: cocina, servicio y puerta. De este último se ocupan los varones, con el objetivo de que reciban y acomoden a las personas. Cada voluntario tiene asignado un día distinto. "Pretendemos que todo el que acuda se sienta como si estuviera en su casa".

Para organizar su funcionamiento ha seguido el modelo empleado en los dos comedores que la orden tiene en Madrid. Uno para 400 comensales y otro para 100. "Al principio allí casi que hacían la comida en sus casas. Ahora, hay uno que abre hasta los sábados", indica Inés de Parias, responsable de que todo salga correctamente. Hay cinco jefes de día (de lunes a viernes) y cada uno dispone de sus propios voluntarios. Sólo cuentan con dos personas asalariadas. Una limpiadora que acude por las mañanas y un chico que repone los alimentos en días alternos.

De momento, a pesar de que sólo se ha dado difusión a través de Cáritas y las parroquias, los responsables están muy satisfechos por la buena acogida y por el funcionamiento. La inauguración oficial correrá a cargo del arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, aunque se ha querido dejar para más adelante, probablemente para mediados de enero: "Cuando vengan las autoridades queremos que todo esté bien engrasado".

Con esta loable iniciativa la Orden de Malta retoma en Sevilla la que siempre ha sido su gran labor: la atención y cuidado al necesitado. Todo un ejemplo a imitar.

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