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Un pediatra se enfrenta a cuatro años de cárcel por la muerte de una niña

  • El médico será juzgado por tratar una bronconeumonía como un "resfriado común"

Un pediatra de San Juan de Aznalfarache será juzgado por una presunta negligencia médica al diagnosticar y tratar como un "resfriado común" una bronconeumonía, hechos por los que la Fiscalía solicita una condena de dos años y medio de cárcel y que los padres de la niña fallecida elevan a cuatro años.

La Fiscalía de Sevilla relata en su escrito de conclusiones provisionales, al que ha tenido acceso este periódico, que el pediatra procesado, V. H. C. M., exploró el 12 de febrero de 2009 a la niña, que tenía dos años y medio, en el centro de salud Nuestra Señora de la Paz. Según el Ministerio Público, el facultativo "no realizó las más elementales pruebas diagnósticas para determinar su origen" y le diagnosticó un "síndrome febril de corta evolución, prescribiéndole antitérmicos y antitusivos". La acusación pública entiende que el pediatra olvidó la "praxis médica más elemental, pues no consta que realizara pruebas complementarias para determinar el origen de los síntomas que la menor presentaba". Al día siguiente, el viernes 13 de febrero de 2009, la madre de la menor, Diana Noreña, volvió a llevarla a la consulta, donde tras una "incompleta exploración" el médico acusado confirmó el diagnóstico sin prescribir la realización de las "pruebas diagnósticas normales para la determinación del origen y causa de los síntomas, pues ni siquiera le tomó la temperatura y sólo le practicó una auscultación, diagnosticándole una rinofaringitis".

La niña padecía una faringoamigdalitis "por esteptococo pyogenes" de la que no fue diagnosticada los días precedentes "habiendo tenido los medios para hacerlo", en alusión a la prueba rápida de detección de estreptococo en faringe, un cultivo o una radiografía de tórax.

La Fiscalía concluye que la faringoamigadilitis, debido "al error diagnóstico", derivó en una bronconeumonía. Los padres acudieron al hospital infantil Virgen del Rocío el 15 de febrero, donde ingresó con 39 grados de fiebre y una tensión arterial de 126/96. La situación era de tal gravedad que la niña falleció a las tres horas de su ingreso, algo que, según el escrito del Ministerio Público, "pudo haber evitado" el procesado si hubiese realizado las pruebas diagnósticas prescritas en casos como el que presentaba la menor.

Los padres de la pequeña, Javier Hidalgo y Diana Noreña, que ejercen la acusación particular contra el pediatra, entienden que la enfermedad de su hija tenía una evolución de cinco-seis días y culpan al pediatra de una "imprudencia grave" cuyo resultado podría haber evitado, por cuanto "se aventuró a enjuiciar a su criterio, sin consignar en la hoja de seguimiento de consulta los mínimos datos exigibles y que en el propio modelo se expresan como básicos para ser rellenados, sin tomar ni siquiera la temperatura a la menor, como hubiese actuado cualquier padre de familia ante el estado febril de un hijo para así poder conocer lo más ajustado posible cuál es el estado de salud general" de la niña.

La Fiscalía de Sevilla imputa al acusado un delito de homicidio por imprudencia, por el que ha solicitado una condena de dos años y medio de prisión y la inhabilitación especial del pediatra V. H. C. M. para el ejercicio de la pediatría por otros tres años, además de reclamar una indemnización de 120.000 euros para los padres.

El abogado Jesús Ruiz, que representa a los padres de la niña, eleva la petición de condena a cuatro años de prisión, el máximo para este delito, y seis años de inhabilitación profesional. En cuanto a la indemnización, el letrado exige 250.000 euros para los padres y para un hermano de la niña, al considerar que "presenciar la muerte de un hijo de dos años en cinco días, de forma inesperada y por negligencia de un tercero, es más difícil de superar y de hacer una elaboración del duelo adecuado sin caer en lo patológico".

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