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Juicio del Caso Marta del Castillo

El juicio se cierra con la negativa de los acusados a decir dónde está Marta

  • Carcaño pide perdón a la familia; Samuel dice que Marta era su amiga; el hermano, que no puede aliviar el sufrimiento de los padres; y su novia rompe a llorar en el derecho a última palabra.

Ni la familia de Marta del Castillo confiaba en ninguna sorpresa a estas alturas del procedimiento. El juicio por el asesinato y violación de la joven sevillana quedó ayer visto para sentencia, en una última sesión en la que los cuatro acusados mantuvieron su pacto de silencio, el mismo que la Fiscalía califica de "ignominioso", para negarse a decir dónde está el cuerpo de Marta. 

Ni Miguel Carcaño, ni Samuel Benítez, ni Javier Delgado, ni María García -esta última entre sollozos- revelaron ayer nada sobre el paradero del cadáver. A excepción de Miguel Carcaño, que asume la muerte de la joven, todos lo acusados se declararon inocentes e hicieron uso de su derecho a última palabra para manifestar que comprenden el sufrimiento de la familia pero ignoran dónde está el cuerpo. El testimonio de los cuatro acusados sitúa el proceso, después de la declaración de casi cien testigos y una docena de peritos, prácticamente como al principio por lo que se refiere a las expectativas de la familia de la víctima. 

La negativa de todos los acusados a reconocer su participación en las labores para deshacerse del cuerpo de la joven lleva al absurdo de que, en ese supuesto, Miguel Carcaño sería el único responsable no sólo de la muerte de Marta, sino de las maniobras para intentar ocultar lo sucedido y habría tenido que ser él mismo quien se encargara de trasladar solo el cuerpo de la joven y darle un destino que hoy, casi tres años después, sigue siendo la gran incógnita que gira en torno al caso. 

La decimonovena sesión del juicio se inició con los informes de conclusiones de las tres últimas defensas, que insistieron en que no hay pruebas para condenarles por los delitos de encubrimiento y contra la integridad moral. 

El primero en intervenir ayer fue el abogado Manuel Caballero, que representa a Samuel Benítez, quien criticó la labor investigadora de la Policía y del juzgado que instruyó el caso, e incluso a los medios de comunicación, de los que dijo que cayeron en una avalancha de informaciones, muchas de ellas llenas de "fantasía". El letrado acusó a la Policía de actuar de forma "precipitada" y con un "exceso de celo mal entendido" en la toma de declaraciones, y respecto al juzgado que instruyó el caso opinó que se dejó guiar por las sucesivas declaraciones de Miguel Carcaño y no se centró en los elementos que debían ser investigados, hasta el punto de generar "diferentes puzles" que no se han llegado a montar finalmente. El abogado insistió en que "el interés de la verdad pide la absolución" de Samuel, porque no se puede condenar a este joven porque no haya aparecido el cuerpo. 

Esta defensa admitió que Samuel se autoinculpó y confesó su participación en las labores para deshacerse del cuerpo, pero reiteró que lo hizo por las presiones y amenazas a las que fue supuestamente sometido por la Policía. "La confesión inicial apenas dura 48 horas y se retracta antes de que se inicie la búsqueda", precisó el letrado, que añadió que cada persona se puede sentir presionada según sus propias condiciones, y Samuel Benítez era un joven "de 20 años, que nunca ha sido detenido y que no sabe lo que es una declaración en sede policial, sólo lo que ha visto por las películas". 

A su juicio, no hay ningún indicio real, como restos de ADN, huellas o los registros de las llamadas, que le sitúe aquella noche en el piso de León XIII, nada más allá de las declaraciones de los coimputados y, en este punto, la defensa recordó que la jurisprudencia dice que estas declaraciones no son por sí solas una prueba válida para destruir la presunción de inocencia si no hay otros datos externos que las corroboren. A su juicio, Miguel Carcaño implicó a Samuel "por venganza", después de que éste intentara sacarle información en un encuentro que ambos tuvieron el 26 de enero en la comisaría antes de que fueran detenidos. "Miguel no es tonto y se da cuenta de que Samuel está colaborando con la Policía" y además el asesino confeso se "indignó" cuando le vio hacer unas declaraciones a la televisión en las que pedía que si alguien sabía algo de la desaparición que lo contara. 

La defensa de Samuel afirmó en que el joven estuvo acompañado en todo momento aquella noche en Montequinto, que "no se rompe la cadena de acompañamiento" hasta las 2:24 cuando toma el autobús de regreso a Sevilla, incorporándose entre las 3:30 y las 4:00 a las labores de búsqueda de Marta. 

Por su parte, el abogado José Manuel Carrión, que representa a Javier Delgado, sostuvo que su cliente fue manipulado y engañado por su hermano Miguel, del que recordó el perfil psicológico que elaboraron los peritos para decir que "ha manipulado a la investigación y a la Policía, y ha mentido al instructor". Carrión añadió que ninguna prueba biológica incrimina a Javier Delgado y, a pesar de la declaración "sorpresiva" del taxista, señaló que "tampoco se ha constatado si pudo ser visto a la salida del bar DSeda, donde trabajaba". 

La defensa del hermano del asesino confeso consideró que Javier Delgado está "procesado por una declaración", la de Francisco Javier García Marín, el Cuco, en la que aseguró que a su juicio hay un "vicio de nulidad" porque se desarrolló sin la posibilidad de que estuviera presente el abogado de Javier, una nulidad que no obstante ya ha descartado el tribunal. 

El letrado consideró además que la declaración del Cuco está guiada por un móvil "espurio", en este caso de "venganza" del menor hacia el hermano de Miguel Carcaño porque éste le había incriminado en los hechos. 

Con respecto a la declaración del testigo sorpresa, la defensa subrayó que el testimonio del taxista también le ha causado "indefensión" y sostuvo para intentar desacreditar esta declaración que a las 00:17 hay constancia de que se realizó una consumición en el bar, si bien el taxista dice que lo trasladó hasta León XIII entre las 00:15 y 00:30, lo que también excluye esa supuesta contradicción. 

José Manuel Carrión añadió que el taxista "pudo confundirse" sobre el día en que se realizó el servicio, y que también puede estar en un error el testigo clave que vio a Carcaño de madrugada manipulando la silla de ruedas y que, según el letrado, pudo coincidir con él en realidad sobre las diez de la noche. 

Tampoco se puede extraer de los pinchazos de las conversaciones telefónicas entre Javier Delgado y su hermano que el primero "supiera o tuviera conocimiento" de los hechos. "En las conversaciones, Javier confía en su hermano, le asesora sobre cómo comportarse ante los periodistas" y de ahí que llegue a decir, según la defensa, que "como no existe nada no podrán demostrar nada", pero eso no es un indicio, concluyó el abogado. 

Por último, el letrado José Antonio Salazar, que representa a María García Mendaro, criticó la "dramática pobreza probatoria" de la que, en su opinión, han hecho gala las acusaciones del fiscal y del abogado de la familia de Marta, porque sólo han realizado "apelaciones a la conciencia que parten del prevalecimiento de un prejuicio: de que son culpables y se les pide que detengan la arrogancia y digan dónde está el cuerpo". 

El letrado coincidió con las otras defensas en que la intervención policial "no va a pasar a la historia de las investigaciones policiales y sumariales, porque aquí falta el éxito", en alusión a que no se completó la labor de los investigadores con el hallazgo del cuerpo. 

Salazar defendió la inocencia de su cliente porque "después de 6.000 folios de instrucción, 194 pruebas periciales e infinitas declaraciones, nadie la ha mentado ni ha dicho una palabra sobre María García". El letrado tildó de "artificiosa hipótesis" del fiscal que dijera que María pudo llegar a la 1:30 y decidiera darles coartada porque "nadie se busca una ruina" colocándose en el escenario de un crimen a menos que "padezca un déficit de notoriedad o una necesidad de autoinmolarse", sentenció.

La última palabra de los acusados

Miguel Carcaño: "Pedir perdón a la familia de Marta por el daño causado. No fue mi intención ni ha sido mi intención durante todo este tiempo producirle tanto daño. Y que si supiera de verdad dónde está el cuerpo, lo diría".

Samuel Benítez: "Simplemente, recalcar lo que ha comunicado mi abogado esta mañana. Y decir que siento mucho, sinceramente, lo que ha pasado la familia de Marta, pero Marta también era amiga mía y yo... no he tenido nada que ver. Es lo único que puedo comentar, que soy inocente, no puedo aportar nada más. Nada más, señoría".

Javier Delgado: "Con permiso, señoría, poco puedo añadir a lo que he dicho anteriormente. Decir que nunca he participado o he tenido conocimiento de ningún hecho delictivo de los que aquí se hablan en concreto, además de cualquier otro. Creo que lo que hice fue confiar en mi hermano, el tiempo que me dijo que él no había hecho nada, y lo apoyé hasta que supe que me había mentido. Sé que mucha gente lo está pasando mal por este caso, en especial la familia de Marta, pero no hay nada que yo pueda decir o hacer para aliviar ese dolor que como padre entiendo. Por último, decir que siempre he confiado en la Justicia, sigo confiando en ella, y nada más".

María García: Traigo un papel, es que me voy a poner muy nerviosa. No voy a poder expresar lo que quiero expresar. Sobre todo quiero expresar mi condolencia y mi pena a la familia de Marta del Castillo.... [rompe a llorar]. Voy a decir dos frases y ya está porque no voy a ser capaz... Solamente quiero decir que yo no puedo aliviar ese dolor, porque yo no sé nada de lo que le ha pasado a Marta y no voy a decir nada más porque...

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