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Sevilla

Clamor contra la reforma laboral

  • La multitud llenó este domingo el Prado de San Sebastián en la segunda movilización organizada por los sindicatos contra los recortes laborales del Gobierno, un ensayo de las centrales ante la huelga general del 29-M.

La multitud llenó este domingo el Prado de San Sebastián en la segunda protesta organizada por los sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, contra la reforma laboral, el abaratamiento de los despidos y los recortes salariales, que definieron como un "atentado contra todos los trabajadores" y "la mayor recesión en 30 años". Todo un ensayo, que las centrales calificaron de éxito, de cara a la huelga general convocada para el 29 de marzo, cuatro días después de las elecciones andaluzas.

A las once y media de la mañana, ríos de personas se dirigieron al punto de encuentro, la Puerta de Carmona, para participar en una marcha corta pero intensa hasta la Glorieta de San Diego, a pocos pasos de la Subdelegación del Gobierno. Durante una jornada casi primaveral, familias enteras y muchas personas mayores se lanzaron a la calle para reivindicar derechos laborales que ahora ven mermados. Acudieron 70.000 personas, según datos de los organizadores, si bien las cifras de la Policía Nacional apuntaron a 15.000. En todo caso, la protesta fue multitudinaria.

Pese a la dificultad para moverse en su silla de ruedas, la sevillana Charo García se colocó en primera línea para participar en la protesta. Esta mujer tiene miedo al futuro. "Ahora tengo trabajo, pero por cualquier razón me puedo ver en la calle. Temo que a los discapacitados nos quiten nuestros derechos y las ayudas", comentó con incertidumbre. A paso lento y a gritos contra la precariedad laboral, miles de personas quisieron expresar su rebeldía al Gobierno de Rajoy. "Presidente, despido procedente", decían.

Muchos trabajadores y desempleados, pero entre la multitud también se encontraban jubilados y estudiantes, que quisieron mostrar un profundo malestar ante un futuro que, para todos ellos, se dibuja incierto. A sus 72 años, Antonio Ponce portaban una pancarta sobre su bicicleta. "Estoy aquí por mis dos hijas y su futuro". Unos metros más allá, Francisco y Antonia, una pareja de 73 y 72 años, comentaban que han visto reducir su pensión y temen que la situación vaya a peor. "Estamos aquí para que no se pierdan todos los derechos que tanto trabajo nos han constado conseguir desde la Transición. Luchamos entonces, y ahora también".

Personas mayores y también familias jóvenes se sumaron poco a poco a la protesta. Es el caso, por ejemplo, de Rocío Tejada, de 34 años, y Antonio Calle, de 37, que acudieron con sus dos hijos. "Tengo trabajo, pero si quieren en mi empresa me puede echar en cualquier momento, ¿qué daremos a nuestros hijos?". Jóvenes que aún no tienen trabajo como Alberto Pérez, Carlos García y Javier Cárcel, se situaron delante de la pancarta con muchas preguntas: "¿Qué futuro tendré? ¿cadenas de contratos basura? o, ¿seré un becario eterno?". "Nos pintan un futuro negro", lamentó Alberto, que estudia Ingeniería.

En torno a la una del mediodía la cabecera llegó a su destino, donde los dirigentes provinciales y regionales de CCOO e UGT apelaron a la multitud. Tras guardar un minuto de silencio por las víctimas del atentado terrorista que acabó con la vida de 192 personas el 11-M de 2004, el secretario provincial de CCOO, Alfonso Vidán, aseveró que los recortes someterán a los trabajadores a condiciones de "esclavitud y explotación propias del siglo XIX". Para Manuel Pastrana, secretario general de UGT, la reforma "pone patas arriba todo el sistema de protección social creado durante décadas con criterios de igualdad". Pastrana definió las movilizaciones como una "guerra ideológica" y advirtió que nos encontramos ante "un cambio de modelo que sitúa al mercado por encima de las personas; y los privilegios de unos pocos sobre los derechos de la mayoría trabajadora".

Discursos beligerantes contra la política laboral del Gobierno que contaron, entre la multitud, con el apoyo de miembros del PSOE, PA, IU y Equo. Las elecciones están cerca. De manera simultánea, todas las capitales andaluzas y más de 60 ciudades del país fueron testigos del mismo clamor.

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