Las denuncias interpuestas por el Colegio de Médicos de Sevilla por ataques perpetrados contra facultativos, durante el ejercicio de su profesión, se han duplicado en el primer cuatrimestre de este año, con 42 diligencias abiertas en los tribunales contra los agresores. "La mayoría de los casos se refieren a injurias y amenazas cometidas por familiares de pacientes hacia médicos en su ámbito de trabajo", explicó ayer Santiago Pedro Campo, coordinador jefe de la asesoría jurídica del Colegio de Médicos. Durante 2007 la institución médica tramitó 55 denuncias por ataques que sufrieron facultativos en Sevilla y provincia. "Cuatro casos son abordados como delitos de atentado por la gravedad de las lesiones que sufrieron las víctimas y que pueden terminar con penas de cárcel para los agresores", añadió el abogado de los galenos sevillanos.

Campo aseguró que el 99% de las denuncias presentadas en los tribunales terminan con sentencias condenatorias, si bien en la mayoría de los procesos el agresor sólo afronta multas por faltas, que en muchos casos son indemnizaciones simbólicas. La demora en ser atendidos los pacientes en las salas de Urgencias y en los centros de salud, la mala educación y la pérdida de autoridad social de los galenos son algunos de los factores que inciden en este aumento de las agresiones.

Los datos registrados por el organismo colegial, que cuenta con 8.300 médicos colegiados, desvelan que la mayoría de las víctimas son mujeres (56% de los casos). Las injurias a los profesionales motivan el 49% de las denuncias, seguidas por las amenazas, que suponen un 36% de los procesos judiciales, y un 15% de los casos son por lesiones físicas.

Para abordar estas situaciones de violencia, el Colegio de Médicos de Sevilla inició hace más de una década, en 1996, "una lucha incesante ante los tribunales y en colaboración con la Administración andaluza, los jueces y los fiscales para tratar de paliar esta lacra", comentó Campo. Una reivindicación histórica del sector es la calificación de las agresiones físicas a los médicos como delitos de atentado, "por el carácter correctivo que suponen las penas de cárcel", añadió el abogado.

Uno de los casos recientes más graves lo sufrió un médico en un municipio de la provincia que terminó con un traumatismo craneoencefálico por los golpes que le propinó un agresor, que afronta una posible condena de cárcel. Afortunadamente la mayoría de las situaciones violentas que sufre el personal sanitario terminan en lesiones de carácter leve o en insultos y vejaciones. Además de pedir la calificación de estos actos como delitos de atentado, los abogados del Colegio Médicos trabajan para lograr que se endurezcan las condenas por la vía de la responsabilidad civil. "En los procesos pedimos a jueces y fiscales que se dicten órdenes de alejamiento para que los agresores no puedan acercarse a la víctima", destacó Campo. Otra línea para endurecer las sentencias es lograr que el juez reconozca el daño moral que suponen estas agresiones, cuyas víctimas, en muchas ocasiones, sienten miedo tras ser diana de los insultos y la intimidación. Con este reconocimiento "las sentencias incluyen una indemnización simbólica por el daño moral, además de la multa".

En otras comunidades autónomas, como Madrid o el País Vasco, los Colegios de Médicos y la Fiscalía tienen convenios de colaboración con protocolos para lograr una mayor eficacia y agilidad en la indagación y represión de las infracciones penales ante las agresiones contra galenos. Los médicos de Sevilla no cuentan aún con este compromiso, pero la institución colegial reconoce que tanto los jueces como los fiscales apoyan el endurecimiento de las sentencias por la vía civil.