A poco más de dos meses de los congresos donde se decidirá el futuro del PSOE a nivel autonómico y provincial, los socialistas van buscando ya las posiciones en una carrera que se espera tranquila. Estos procesos nunca lo son, pero, dada la virulencia de la cita federal del pasado otoño, los dirigentes socialistas confían ahora en hallar más sosiego. En Sevilla, donde la brecha interna dejó el partido descabezado, la gestora espera que las agrupaciones locales lleguen al congreso provincial con acuerdos.

Este consenso podría alcanzarse en torno a Susana Díaz, la flamante consejera de la Presidencia de la Junta de Andalucía. Algunas fuentes socialistas ya dan por seguro que ésta presentará su candidatura para dirigir el partido en Sevilla una vez que quede fuera de la Ejecutiva regional, donde, no obstante, podría figurar como vocal.

La hasta ahora número dos del PSOE andaluz no quiso pronunciarse este jueves sobre esta opción. No dijo que sí, pero tampoco que no. En concreto, Díaz indicó que no se está planteando en este momento "el yo, sino el nosotros", argumentando que hay que abrir el partido a un nuevo tiempo. "Después de los congresos se verá dónde nos situamos cada uno", apuntó con la intención de zanjar un tema que, seguro, dará mucho que hablar en los próximos meses.

Lo cierto es que si Susana Díaz sale del congreso regional sin cargo de relevancia, lo que es probable, se aferrará al PSOE de Sevilla. De esta forma mantendría peso en la organización. Y no hay que olvidar que el PSOE de Sevilla está entre las agrupaciones socialistas más importantes de España y quien la controle tendrá capacidad para influir en el partido a otros niveles. Y se colocaría en un buen lugar en la carrera por la sucesión de José Antonio Griñán. Una opción que, al menos eso dijo ste jueves, ella se resiste a contemplar: "Tenemos presidente para rato", apuntó.

No obstante, esta aspiración tiene otra lecturas. Está ya claro que el partido busca otro modelo en Andalucía y que el actual concepto de número dos desaparecerá, pues la intención es reforzar las áreas temáticas nombrando a tres personas fuertes en el ámbito político, económico y social por debajo de Griñán. Y Susana Díaz, hoy por hoy, parece que no encaja en esa nueva estructura. Si, además, fracasa en el intento de conseguir otro cargo, como una vicepresidencia, por ejemplo, el PSOE de Sevilla se convertirá en su reducto. Y en el del susanismo.

La carrera por la secretaría general del PSOE de Sevilla es una tarea fácil para Susana Díaz. Tras la grave crisis interna que acabó rompiendo en dos el partido y forzando la dimisión del anterior líder de los socialistas sevillanos, José Antonio Viera, Díaz consiguió imponerse y elaborar una lista de delegados para el congreso federal compuesta por sus afines, frente a los críticos que arroparon a Viera. En esta tarea, la consejera de la Presidencia contaría probablemente con la colaboración del presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, y una amplia mayoría de alcaldes de la provincia que no sólo verían en Susana Díaz a una líder política, también a una consejera con poder y proximidad a quien poder dirigir propuestas en una época especialmente complicada para los ayuntamientos. Es lógico pensar que en torno a dicha opción cerraran filas militantes que han hecho gala del consenso en los últimos procesos, como es el caso de Juan Espadas, el portavoz socialista en el Ayuntamiento de Sevilla, que no hace ascos a las cuestiones orgánicas del partido.

No obstante, la candidatura de Susana Díaz alejaría las opciones de otros aspirantes, pero todavía es pronto para confirmar este extremo. En los últimos meses Javier Fernández, alcalde de La Rinconada, se había colocado en una buena posición de salida. Afín a Viera y a la corriente crítica, su juventud y su buena gestión al frente de su municipio, donde ha conseguido buenos resultados electorales, son sus avales. Y no es el único, pero el debate sobre los nombres dependerá del resultado del congreso regional. Hasta entonces, cualquier movimiento se hará en la sombra.

Para otros sectores más críticos, el hecho de que Susana Díaz mire al PSOE de Sevilla revela con claridad que su nueva responsabilidad en el Gobierno andaluz no colma sus necesidades políticas. Y también hay otros que ya ven un conflicto de competencias en el hecho de que la titular de la Presidencia, una consejería transversal, esté volcada políticamente en una sola provincia que, además, está muy bien representada en el nuevo Ejecutivo. Aunque no es la primera vez que se da esta situación, pues Gaspar Zarrías ocupó este mismo cargo y el de secretario general del PSOE de Jaén durante doce años. Eso sí, las provincias no son comparables. Y hubo otra secretaria provincial, Carmen Hermosín, que compaginó dicho puesto ocho años con otras dos consejerías.

Ahora el momento es otro. El Gobierno y el partido también.