Sevilla está a sólo un paso de figurar en la lista de patrimonio mundial en peligro debido a la construcción de la Torre Cajasol, un rascacielos de 178 metros de altura, en el extremo sur de la isla de la Cartuja.

Al Centro del Patrimonio Mundial (WHC, en sus siglas en inglés), organismo perteneciente a la Unesco, no le cabe duda de que el proyecto del arquitecto César Pelli supone un impacto visual "muy negativo" sobre el conjunto formado por el Alcázar, la Catedral y el Archivo de Indias, por lo que pide al Estado español (único interlocutor reconocido por el organismo internacional) que pare las obras cuanto antes. Además, el WHC insta al Comité del Patrimonio Mundial, que se reunirá en San Petersburgo (Rusia) entre el 24 del presente mes y el 6 de julio, que incluya a Sevilla en la temida lista de patrimonio mundial en peligro, una especie de limbo que puede preceder a la definitiva expulsión de la nómina más codiciada por los monumentos de todo el mundo.

El WHC, dirigido por Kishoe Rao, no se anda con medias tintas en la redacción de la propuesta de resolución que tienen que votar los representantes de los 21 países que componen el Comité del Patrimonio Mundial. Es más, llega a imponerle al Estado todo un calendario para deconstruir la Torre Cajasol. En primer lugar "lamenta" que no se hayan parado las obras del rascacielos pese a que así se solicitó en los comités celebrados en Brasilia (2010) y París (2011) e insta a que, una vez detenidos los trabajos, se "entable un diálogo sobre cómo la altura y el diseño de la torre podrían ser modificados para mitigar su impacto negativo sobre el bien".

Pero la propuesta de resolución va más allá que la propia Torre Cajasol. En la proposición de la Unesco se invita a las autoridades españolas a "completar y aprobar" los planes especiales de protección que sean oportunos para todos los sectores de la "zona de amortiguamiento" del conjunto Alcázar-Catedral-Archivo de Indias. Asimismo pide "la protección apropiada para un entorno más amplio para hacer frente a las presiones actuales de crecimiento". Es decir, que la idea de ampliar la zona Patrimonio Mundial y conectarla con el río Guadalquivir es, por ahora, una quimera.

En esta línea la Unesco llega a pedir al Estado español que le informe en detalle de los principales proyectos de construcción previstos para el entorno patrimonial sevillano antes de que "los compromisos sean irreversibles". Además, insta a que se le informe "a la mayor brevedad posible" de cualquier cambio que se produzca sobre la construcción de la Torre Cajasol.

Por todos estos motivos el WHC insta a la inscripción de Sevilla en la lista negra del patrimonio mundial y recomienda una serie de condiciones para que la ciudad pueda superar esta circunstancia. En primer lugar, "la modificación completa" de la altura y el diseño de la Torre "Pelli-Cajasol" (sic) hasta que se compruebe que "ya no impacta de manera adversa en el valor universal excepcional del bien".

Pero lo más curioso es que la Unesco llega a proponer todo un calendario con fechas concretas sobre cómo se debe abordar el proceso. Según el escrito, el próximo 15 de agosto deben de estar paralizadas ya las obras del rascacielos, no así las de los edificios podio en los que iría ubicada la zona comercial y de ocio, que son indultados por la Unesco. A finales de 2012, sin especificar el día, se deben "adoptar medidas para modificar la altura y el diseño de la torre". Un año después, a finales de 2013, hay que "ejecutar las medidas" para la modificación de la torre según los criterios establecidos. Finalmente, en 2014 se deben adoptar iniciativas "de protección apropiadas para el contexto más amplio del bien".

Asimismo, y para finalizar esta lista de exigencias, la Unesco solicita al Estado español que el 1 de febrero de 2013 le remita un "informe sobre el estado de conservación del bien, incluyendo un informe de los trabajos para modificar el proyecto de la Torre Pelli-Cajasol para su revisión por el Comité de Patrimonio Mundial en su 37 reunión en 2013".