Cinco familias han ocupado un edificio de viviendas abandonado en el centro tras perder sus hogares y ante la imposibilidad de afrontar un alquiler o el pago de la hipoteca. La ocupación se desarrolló, de manera pacífica, en la calle Quintana, donde las familias, que están marcadas por el paro y la falta de trabajo, han buscado un cobijo ante la falta de soluciones por parte de las distintas administraciones. Tras acudir a todos los servicios sociales sin conseguir soluciones a las situaciones de emergencia social que sufren, la alternativa elegida por estas personas ha sido la ocupación de viviendas vacías. En total son 14 personas las que permanecen en la calle Quintana y entre ellas se encuentran varios menores.

Las cinco familias están formadas por parejas de entre 35 y 45 años, algunas con hijos pequeños, que decidieron tirar las tapias que impedían el acceso al mencionado edificio. Según algunos vecinos, este inmueble permanece vacío desde hace, al menos, ocho años. Miembros del movimiento 15-M acudieron al lugar de los hechos para apoyar esta iniciativa y reivindicar, de nuevo, soluciones de vivienda para estas familias, si bien sus portavoces precisaron que este acto de ocupación no ha sido coordinado por ellos. Alrededor de 80 personas que forman parte de este movimiento reivindicativo y de protesta se presentaron en la calle Quintana para ayudar a estas familias. Entre los ocupantes hay casos de personas que han sufrido desahucios o que están a punto de perder su casa; también hay familias que ya no pueden pagar el alquiler.

Los cabezas de familia, en la mayoría de los casos, llevan demasiado tiempo en el paro tras haber trabajado en el sector de la construcción. Las expectativa de encontrar un empleo es muy baja, de momento, para estos ocupantes. "Han acudido a los servicios comunitarios del Ayuntamiento, sin lograr nada", denuncian.

Esta ocupación se produce apenas un mes después de que 36 familias, en una situación similar, crearan la Corrala Utopía, una comunidad de vecinos que reside en otro edificio que se encontraba vacío y abandonado, junto a la glorieta de San Lázaro. Las familias que viven en Corrala Utopía, que sufren continuos cortes de suministro de agua y de luz, ya recibieron el apoyo del Defensor del Pueblo, José Chamizo, quien se comprometió a mediar con las administraciones para tratar de buscar soluciones en cada caso. La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía también ha mostrado su apoyo, en varias ocasiones, a estas familias, que atraviesan situaciones desesperadas por la falta de trabajo y de recursos para seguir adelante.

Pro Derechos Humanos ya advirtió que en la provincia de Sevilla 6.000 familias han perdido sus viviendas en los últimos dos años, mientras que 114.000 casas permanecen vacías. Esta ONG denunció en el juzgado las presuntas amenazas dirigidas por parte del Ayuntamiento a integrantes de la Corrala Utopía para instar a estas familias a abandonar el edificio ocupado.